,

Encanto Suicida 38

Tal vez por eso era soportable vivir, al menos por el efímero tiempo que debíamos hacerlo. Y lo era porque, al fin y al cabo, siempre quedaba la muerte como consuelo y el suicidio como alternativa. De no ser así, no quiero ni imaginarme cuán infinitamente más insoportable sería nuestra miserable y abyecta existencia.

*

Lo que me parecía paradójico era el hecho que, en cuanto me había percatado de que la existencia no tenía ningún sentido, no me hubiese suicidado de inmediato. Al parecer, incluso si todo era ridículamente absurdo, aún así algo en mi interior intentaba ilusamente encontrar algunos débiles rayos de sol en este arrebol de sempiterno sufrimiento y recalcitrante miseria.

*

Cada día mi pesimismo, hastío y depresión se encarnizaban más cruelmente contra mi mente. Asimismo, entendía a la perfección que la puerta permanecía siempre abierta, pero me mantenía en esta vida tan solo para contemplar hasta dónde podía soportar esta inútil y triste experiencia carnal. Probablemente era yo un tonto por no poner fin a mi miseria cuanto antes; pero, por otro lado, pensaba que, al fin y al cabo, la muerte, tal como la vida, tampoco tendría nada relevante qué ofrecerme.

*

Creía tener cierta idea un tanto misteriosa de por qué los banales seres de este mundo abyecto no se (auto)erradicaban de la existencia. Quizá porque siempre era mejor continuar aquí, aunque fuera de la manera más miserable y ruin, aunque no tuviera el más mínimo sentido todo lo que hacían. Al menos, así es como considero que ha proseguido esta ignominiosa y absurda pesadilla a la que estúpidamente nos aferramos y donde tantos títeres pretenden ser libres y auténticos.

*

Aquel reflejo en el espejo, que observaba solo en muy contadas ocasiones, dejó de parecerme tan espeluznante cuando me percaté de que era yo, como tantos otros, únicamente un muerto más que aparentaba estar vivo. Y era así porque desde hacía tanto no tenía ninguna esperanza, sueño o propósito que me animara a salir de la cama por las mañanas; tan solo seguía adelante por mera inercia, obligación o, más seguramente, estupidez.

*

Alguna vez creí ser feliz a tu lado, eso es lo que debo agradecerte antes de dejarte ir para siempre. La navaja espera mi regreso y hoy he decidido que ya nada me detendrá, que este mundo me será para siempre indiferente y que, en el ocaso de esta triste y absurda existencia que he soportado todos estos años, sonreiré al recordar tu magnificente sonrisa y tu inmarcesible mirada cuando finalmente me cuelgue esta tarde.

***

Encanto Suicida


About Arik Eindrok
Previous

El laberinto

Vínculo Sepulcral

Next