Excéntricos ecos provenientes del corazón inflamado
Hablaba con el único humano en estado evolucionado
Vino buscando sanar su alma, consagrarse como eterno
Le ofrecí la verdad, pero del parsimonioso viaje no ha vuelto
.
Se fue a vagar por los pegajosos templos de la paranoia
Cargando infinitas dudas que obnubilaron su virtud
Y aún sigo esperando el día en que vuelva, en que oiga
La sangre se seca, pero su alma liberará la llovizna
.
Dichosos los que se regocijan con la ignorancia
Porque han conseguido atrapar la cola del caimán
Pero la cabeza devorará la frivolidad de su esencia
Mientras aguardo aquí sentado el retorno del elegido
.
Me pregunto si recordaré su nombre cuando sea libre
Sé que extenderá sus alas y esfumará la penuria con lumbre
Su himno no permitirá que se distorsione más la verdad
El triste hechizo se irá y con él morirá la última realidad
.
Sé que debo ser fuerte, mantenerme congelado hasta que vibre
La conexión probará a cada uno y desintegrará la tergiversación
No debo vacilar, la incertidumbre quebraría el puente del trance
Espero haber descubierto lo que sanará la maldición del aleteo
.
Nadie creerá en el libro donde yace escrita la aseveración
Necesita retornar del abismo el águila de plumaje dorado
Entre los supuestos árboles gemelos habré de levantarlo
Estará estropeado el traje, pero embonarán las piezas sagradas
.
Aún no descarto la posibilidad de ser abandonado por completo
Lloran los débiles mientras asesinan sin remordimiento a la sombra
Debajo del pozo refulgen las huellas de lo que jamás podrá ser
Y, tal vez, mi propia esquizofrenia terminará convirtiéndose en deidad
.
Libro: Corazones Pegajosos