Solo fue sexo lo que aconteció esa noche donde nuestros corazones palpitaron con extremo vigor y nuestros cuerpos se derritieron con tan sofocante emanación de calor. Y, sin embargo, puedo decir que deseé de ti algo más que tu boca y tu cuerpo, pues ahora sé que fue tu alma la que inquietó mis sentimientos.
.
Trastornado, salí de mi habitación para entrar en aquel lugar de mala muerte y ahogarme con alcohol, pues esa era la única manera posible de soportar este infame dolor. Tú te habías ido y yo no soportaba más la soledad que un día amé, porque, ahora lo sé bien, acostumbraste a mi corazón, otrora adusto y sombrío, a extrañarte con sempiterno y agónico brío.
.
Te podría cuidar por la eternidad, pero quizá solo terminaríamos mucho más rotos de lo que ya estamos en esta pésima fantasía supuesta como vida. Entonces prefiero solo mejor besarte y acariciarte hasta que la muerte nos extirpe de esta nauseabunda realidad.
.
El ser constantemente teme convertirse en aquello que más detesta en otros sin saber que, en el fondo, eso mismo que detesta constituye su esencia más profunda.
.
Incluso si yo muero, no morirá esta pasión morbosa y obsesiva que siento por ti. O, al menos, me aferraré a ella con todo mi ser, aun si para ello tu vida debo extinguir.
.
Y, aunque ya no eras parte de este mundo, el placer que me proporcionaba hacerte mía durante aquellas madrugadas psicóticas era tan real como lo fue nuestro amor.
.
Obsesión Homicida