El éxtasis sexual se alcanza no con la persona a quien se cree amar, sino con aquella que en el fondo se detesta y que carnalmente se busca denigrar mediante las más violentas conductas.
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Cuando se cree amar a alguien se termina por caer en un estado de sumisión sexual, lo cual bloquea el máximo placer imaginable. En cambio, cuando se fornica con quien ninguna importancia sentimental tiene en el interior, se rebelan los blasfemos instintos de la lujuria en todo su esplendor. Por eso la infidelidad siempre será superior por mucho al amor en cuanto a placer sexual se refiere.
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Me sentía tan tímido contigo, pues te consideraba tan sublime como para ensuciarte con la repugnante injuria que significa el encuentro carnal para el espíritu. No obstante, sabía que aquello desembocaría en algo mucho peor: tu cuerpo en los brazos de un extraño seductor.
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Detestaría pensar que no existe ninguna otra razón para estar juntos que el sexo, pero todo cuanto somos tiende a desgarrar el nacimiento de este amor ahora ya balbuceante. Aquello que nos unía era lo que tanto negábamos, pero que en el interior no fuimos capaces de conquistar: nuestra aberrante humanidad.
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Pretender que se puede ser fiel es peor que fingir ser real en este cementerio de sueños rotos donde solo la muerte y la locura podrían ser reales.
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Obsesión Homicida