El amor es el mayor vicio de aquellos dementes que ya no pueden seguir vivos; es la representación menos racional de la condición humana en esta putrefacta existencia y, quizá, es el más hermoso desvarío que obnubila la percepción de la verdad.
*
Te amé tanto como pude, al menos hasta el día que descubrí la triste verdad; hasta el día en que tus labios ya no sabían solo a mí y hasta el divino momento en que me colgué para olvidarme de ti.
*
Una tenue palpitación onírica bastará para reducir todo a viles escombros, para extraer lo que no puede morir en mí de la decadente forma que ahora me alberga. Así es como quiero conocerte y consumirte cuando tus labios hayan rozado la oscuridad de mi alma y cuando en la muerte finalmente haya entendido que aún te amo.
*
No creí que fuera posible amar a alguien más después de nuestro trágico desenlace, pues te llevaste contigo gran parte de mi esencia. Y, aunque aún te extrañe, también tengo sentimientos muy fuertes hacia ella, pues representa en mi vida la destrucción de la inmundicia que tan bien introdujiste en mi alma; hablo desde luego, de mi nuevo y último amor: la soledad.
*
Es verdaderamente posible y normal amar a dos personas o más a la vez. El único impedimento es la absurda moral y los falsos valores que el ser se ha inventado para pretender ser algo que no es y que jamás será: virtuoso y honesto. ¿Cómo podría serlo cuando la vida misma es un mero y cruel engaño? Y ¿cómo podría la fidelidad simbolizar lo más elevado cuando ni siquiera podemos ser fieles a nuestra propia esencia?
***
Amor Delirante