,

El tiempo

La gran ironía era precisamente esa: la sustancialidad de lo abstracto

Siempre estaba ahí, pero al mismo tiempo carecía de esencia o forma

No tenía color, sabor u olor más allá de la absurda percepción individual

Tan dual como la vida y la muerte, tan variado como el infinito o el universo

.

Exploraciones insensatas de seres inferiores que no funcionaban jamás

Algunas sustancias incoherentes para distorsionarlo un poco solamente

Pero jamás podía librarse la víctima de su insana y descorazonada influencia

Era como una malevolencia enmascarada de utilidad que no respetaba nada

.

Se esfumaba siempre demasiado pronto, pero nunca tanto; nunca sin dolor

Confería la ilusoria sensación de satisfacción, pero jamás era real su amor

No se le podía medir con nada en realidad, pues era eterno, sutil y volátil

Jamás permanecía inquieto, aunque la paradoja la encerraba su avance fugaz

.

Meras marionetas éramos todos de su poder descomunal y avasallante

Tortura existencial cotidiana mientras lentamente por dentro nos aniquilaba

Algunos lo veneraban, otros lo detestaban; a él no le interesaba nada

El amor o el odio de seres tan banales le eran brutalmente indiferentes

.

Simplemente continuaba, ya fuera en línea recta o en espirales demenciales

No se le podía detener ni siquiera un poco, era tan poderoso su cruento dominio

El mayor gobernante de todo imperio, civilización y raza; el ojo sempiterno

Todos los supuestos mesías antes él se habían inclinado sin excepción alguna

.

Y, sin embargo, ni siquiera existía; ni siquiera sabíamos cómo era en realidad

O ¿acaso solo él existía y nosotros no? ¿Qué era ilusorio y qué no lo era?

¡Cuántos vanos intentos por escapar de él o por frenarlo lo más mínimo!

Todos somos tus esclavos irremediables; ¿no es así, abrumador dios tiempo?

***

Dulce Tortura


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