Suciedad cobijada bajo la falsa belleza y la lujuriosa necesidad
Bajeza matizada con el dulce aroma de la perenne satisfacción
Seres míseros de aquí para allá buscando su banalidad ejercitar
¡Pobres tontos, vagando en un laberinto de piernas sin cesar!
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La noche oculta la bestialidad acontecida en cada habitación
Donde aquellos depravados intercambian horrores y vil sudoración
Donde aquellas piernas se abren gracias al irreal y deplorable dios
¡Cuán decadente debe ser aquella raza para pagar por fornicar!
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En las calles húmedas y hediondas pululan los lobos hambrientos
Y demacradas princesas ofrecen sus encantos con tal de sobrevivir
Para ellas, la dignidad y los sentimientos están enterrados por siempre
Los colores y el amor les han sido arrebatados a cambio del dinero
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Su interior sangra, pero su infame destino ya ha languidecido
Se rumoran ciertas asquerosidades, algunos promueven lo más vil
Muchos consumen aquella basura por placer, otros por necesidad
Pero todos son esclavos sin razón de una insensata obnubilación
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Cansados volverán los lobos al hogar, tan contaminados de pestes
Donde la sombra de la infelicidad aguardará paciente y dispuesta
Pero no había ya deseos por satisfacer, solo entregarse al fenecer
Desfallecer ante el olvido con tal de aparentar ser honrado y fiel
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Tales conductas no demostraban sino la verdad parapetada por las máscaras
Los rostros pestilentes se mostraban plenamente al recoger las cáscaras
Cada trozo de sublimidad había caído, la falsedad había triunfado
Una y otra vez se jugaba a lo mismo con tal de seguir siendo humano
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¡Cuánta tristeza escondida en aquellos atuendos reveladores y vistosos!
¡Cuánta agonía acumulada en el almizcle y las pinturas para cubrir el despojo!
¡Cuánta miseria esparciéndose alrededor de los lobos y las endemoniadas!
Y ¡cuán imprescindible resulta para el ser la vileza y el vómito enaltecer!
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Corazones Pegajosos