,

El Réquiem del Vacío 20

Quien sea que no piense en el suicidio como una posibilidad sumamente plausible, debe estar completamente loco o ser aún más imbécil de lo que se pueda colegir. La humanidad aún no está lista para esto y quizá nunca lo estará; demasiados prejuicios, falsas doctrinas y lamentos del tiempo han hecho estragos con el sentido común. La muerte nos aterra porque hemos vivido demasiado, porque no hemos sabido cuándo retirarnos de esta pesadilla. Vivir mucho a menudo implica prolongar lo más nauseabundo, negarse a la catarsis de destrucción que viene en nuestro auxilio. Palabras que se llevará el viento, sermones arcaicos de viejos maestro hoy en día obsoletos. Todos en favor del error cósmico, del escupitajo del creador, de las miserias y desgracias llevadas al extremo. Cualquiera que promueva la vida es en sí el auténtico asesino del alma y el cómplice del sufrimiento encarnado. De estos abundan, porque siempre será más fácil abrazar lo conocido que aventurarse en los brumosos pantanos de lo incierto.

*

Despertar siempre era algo espantoso, pero despertar sobrio era un horror que no podía ser plasmado con suficiente nitidez en ningún libro, pintura o canción. Entendía por qué las personas se hundían en extrañas borracheras, por qué buscaban estar con personas igual o aún más vacías que ellas, por qué evitaban a toda costa estar con ellas mismas y analizar su voz interior, por qué siempre creían encontrar en todo tipo de doctrinas, filosofías o enseñanzas ajenas el móvil que los hacía seguir adelante. Cada uno era, no obstante, libre de engañarse a su manera; y eso también era parte de este risible juego.

*

A través de los otros podemos llegar a entender que, al final, todos estamos en las mismas circunstancias: absolutamente condenados. Es tan solo que la gran mayoría pasa toda su vida cegándose e inventándose cualquier cuento con tal de evadir la triste y horrible realidad. Pero no, sin importar cuánto se le evada, siempre estará ahí esa gran contradicción: vivir para morir, vivir para nada, vivir por mera obligación. Cada doctrina ha intentado, a su modo, plantear un camino que el ser debería seguir; basándose en ciertas leyes, prácticas y dogmas. Mas todas y cada una de ellas se olvidan de lo esencial: de la dualidad sempiterna en el alma humana; de que lo celestial es tan poderoso y cautivante como lo demoniaco. Dios no existe, el diablo tampoco y quizá nosotros menos.

*

Tan frágiles somos que resulta sorprendente cómo no hemos sido todavía quebrados por el magistral hechizo del sinsentido. Supongo que al menos yo sí, pero admiro la voluntad con la que el resto se aferra a la nada; a cosas y personas que no podrían ser más absurdas y a momentos que mejor sería jamás haber experimentado. Yo, por mi parte, ya no puedo hacer algo así: prefiero estar solo y saborear mi propia verdad antes que volverme a involucrar con los elementos de un mundo que detesto con todo mi ser. ¡Qué horrible es estar vivo, respirar el aire de este plano nauseabundo y fingir interés en lo menos importante! No, ya no quiero eso. Lo que mi alma añora es abandonar esta forma humana, dirigirse hacia el sol y fundirse con lo divino.

*

Quizá todo siempre fue así de absurdo y fuimos nosotros los ilusos que, mediante todo tipo de artificios y quimeras, creímos que algo valía la pena. Al final, la muerte siempre está ahí para demostrarnos cuán equivocados estuvimos y cuán ridículos fueron nuestros vanos intentos por trascender. Nunca logramos nada, puesto que no había nada que lograr. Y muriendo tampoco perdemos nada, puesto que en vida nada es todo lo que fuimos. Resulta tragicómico atisbar tantos títeres que se esfuerzan ridículamente en conseguir algo, en obtener bienes materiales y amasar riquezas. En fin, ¿es que acaso se podía esperar algo más de esta raza tan adoctrinada y ruin? Su ausencia de talento, espíritu e intelecto no dejan de sorprenderme; casi como si cada día encontrara nuevas razones para exterminarlos a todos sin dejar rastro alguno.

***

El Réquiem del Vacío


About Arik Eindrok

Deja un comentario

Previous

Infinito Malestar 29