Pensamientos RT9

No te vayas todavía, tan solo tenme un poco de compasión. No sabes en lo que se convertirá a partir de ahora mi vida sin tu compañía: en el comienzo de la perdición que culminará con el vehemente aroma del suicidio.

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No me interesa cuan enfermo y desesperado parezca mi discurso, pues lo único de lo que estoy seguro es de que, si esta noche te marchas, mañana yo ya no estaré más en este mundo.

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Nunca, ni siquiera en mis más grotescas pesadillas, hubiera podido dilucidar un escenario más cruento y absurdo que este, pero supongo que así es como culmina una vida condenada a la tragedia y al ridículo. Es el primer día que soporto sin ti, y, ciertamente, no creo poder soportar esta primera noche si no es con la muerte sobre mis hombros.

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Cuando te conocí pensé que podría ser feliz, pero luego entendí que, aunque te amaba, no podía estar junto a ti, pues solo la muerte podía satisfacer tus deseos, y yo no era sino un inútil pensador que moría por ti.

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Tus cabellos y tus ojos parecen teñidos por los mismos dioses, pues lucen tan relucientes y sus tonos son tan bellos que podría admirarlos todo el día. Más aún, quisiera permanecer recostado e imbuído en ellos el resto de mi triste vida.

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Y, si hoy me suicido, ¿acaso importaría? Es decir, ¿a quién afectaría? Evidentemente a nadie, tal vez la única que se pondría triste no sería otra sino mi amarga soledad.

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Para mi eterno e imposible amor…

Libro: Romántico Trastorno


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