Es tan absurdo intentar siquiera negarlo, tratar de no torturarme con tus memorias
El espectral y cálido aliento de la muerte ya lo siento carcomiendo mis viles entrañas
Es el anhelo suicida el que se apodera de mis elucubraciones esta tarde triste y siniestra
Y, al igual que tú, sé que solo juega conmigo, que me desfragmenta para trastornarme
.
El mundo es tan ridículamente absurdo, ahora más que nunca sin tu etéreo corazón
Fuiste todo lo que quise en algún tiempo, o tal vez solo me confundí de ilusión
Aparentemente, dedicabas parte de tu ser a mi persona, pero fue una argucia tan banal
Ciego y envenenado, mastiqué los pedazos de tu podrida esencia para sentirte
.
Acaso fue todo como un sueño fúnebre, donde el sinsentido reinaba desde la cumbre
Y éramos nosotros dos pobres ilusos que perseguían lo que no pertenece a la realidad
Buscábamos con temor y estupidez introducirnos en las burbujas del cielo sin dolor
Pero encontramos algo aún peor: la barbaridad del tiempo esfumando nuestro amor
.
Los tontos desorientados debían ya retirarse las deshonrosas máscaras de la ironía
Aunque, tal vez, no era aún demasiado tarde para rescatar los sentimientos flameantes
Los entes de la conservación espiritual simplemente reirían con despechada voz
En tu pecho llameante y abierto quise, con locura, consagrar el poema ensangrentado
.
Era enfermiza la agonía de vislumbrarte detrás de la cortina siendo tan ajena
Lo toleraba solo porque las cuchillas se mostraban insolentes con mi sufrimiento
No les rogaba, como a ti, que permanecieran lejos del caos solo por este momento
Quería sanar la execrable herida con las falsas caricias de la diosa antes prohibida
.
Supongo que fue algo inefable haberme cobijado con el aroma de tu divagante ser
Cada atardecer presentía con cierta solemnidad que el día fatal se sobrepondría
El suicidio era, creo, la señal divina, y tus besos corruptos la corona de espinas
Mi pasado está tan contaminado de ti, pero el dilema sublime me susurra que ya morí
.
Libro: Quimérico Enamoramiento