Insospechado e insoslayable se inhibió el entrelazamiento de nuestros cordones
Cada día más tedioso el encuentro, cebando la oscuridad en nuestros corazones
Una historia más, trágica y absurda; un dolor proveniente del refulgente vacío
Los elegantes matices con que orlaste mis lienzos ardieron en el olvido eterno
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Una pasión que brotó del sufrimiento, que se arrojó para mezclar nuestras bocas
Y, de manera estúpida, cedimos ante nuestros impulsos; nos desgastamos como locos
Cabalgamos sobre quimeras cuyo poder se desvaneció incluso antes que nuestro amor
La utopía en que viví desde que te conocí al fin conoció al verdugo del falso dios
.
Se expandía sin que pudiéramos evitarlo, había atrapado tanto de nuestro interior
¿Cómo frenar lo que desde el comienzo ha sido conminado al fracaso en cualquier mundo?
Lo nuestro fue hermoso, tan inefable que terminamos por creer verdadero lo más falso
No es culpa nuestra atisbar hasta ahora la nada donde habíamos esperado el cielo
.
Impensable siquiera correr, el más ligero parpadeo expondría nuestros fragmentos al vacío
El rugido debe pertenecer a las entidades resultantes del intercambio enigmático en el ayer
El tiempo se ha distorsionado desde cualquier perspectiva, parece no unirnos en el encanto
Pero fue, supongo, lo máximo que podría haber obtenido en mi actual estado humano
.
Comprendo el delirio con que una falacia menos común atrofia la realidad insana
El ángulo queda reducido, ambos fuimos escupidos hacia las patrañas vivientes
Todos los recuerdos no serán sino polvo, las sonrisas solo ironías de lágrimas e hipocresía
Era evidente que dos humanos no podían pertenecerse, fue fútil teorizar nuestra unión
.
Cautivaste algo más que mi alma, para luego hundir incluso lo más mortal en el sinsentido
Porque yo miré aquella tarde, supe que la llave había girado sin contemplarme en tu camino
La puerta se cerró de golpe, no logré obtener de ti sino el amor y el dolor más cruento
Y, aunque a veces mi memoria quiere acariciar tu recuerdo, sé que lo nuestro está muerto
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Los misterios prosiguen vibrando en mi cabeza, intentando justificar el encuentro
Rechazando cualquier destino, tratando de imponer el ridículo libre albedrío
La sangre hirvió hasta agobiarnos, las elucubraciones se desbordaron en el camino
Tú y yo, solo una historia sin razón que ahora percibo hundida en el agujero
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Último Suspiro