Pero también es cierto que el mundo actual es, en gran medida, un reflejo de lo que es el ser humano: un amasijo de putrefacción, miseria y egoísmo que parecen no tener un fin.
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La percepción humana es tan limitada y pobre que ni siquiera sabemos aún si de verdad existimos o solamente somos una triste y carcomida ilusión.
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Puedes mentirle a pocos mucho tiempo y puedes mentirles a pocos todo el tiempo, pero no puedes mentirles a todos todo el tiempo.
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Lo realmente preocupante es mirar que las personas son cada vez más manipulables y, más aún, que aman ser manipuladas.
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La gran interrogante es ¿qué no sería absurdo en este mundo infame plagado de criaturas nefandas llamadas humanos?
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¿Qué hacer cuando la desesperación de existir golpea con toda la fuerza de lo absurdo? Irremediablemente, la mente se fractura y la locura es entonces el mejor aliado, al menos hasta que el suicidio nos bendiga.
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Romántico Trastorno
