Contigo no quiero una historia de una noche, de un día, de una semana, de unos meses, de unos años… No, eso sería demasiado humano. Lo que contigo quiero es que podamos fundir nuestros espíritus más allá de la vida y la muerte, que podamos amalgamar nuestras almas en algo más allá de lo eterno.
*
Te odio… Sí, te odio solo a ti porque conseguiste lo que nadie había logrado: hacer que odiara mi amada soledad. Y así, odiándote tanto, es que descubrí cuánto te amo también. Probablemente nuestro sino no sea estar juntos, pero al menos quiero que sepas que te odiaré y te amaré más que a cualquier otra persona por el resto de mis días.
*
Y, aunque tu corazón esté ahora tan lejos del mío, sería un crimen no aceptar que eres tú la única razón por la cual aún respiro en este triste y melancólico desvarío.
*
De nuevo esta desesperación tan desquiciante, estas ganas de abrazarte y besarte. ¿Qué me está pasando? No quiero ni saberlo… Tengo tanto miedo, pues ya vislumbro el sufrimiento y mi corazón posiblemente se romperá de nuevo. No sé, quizás es simplemente que no quiero aceptar que de ti me he enamorado como un demente…
*
Moribundo, alcoholizado, drogado y sin poder contener el llanto; además, totalmente al borde del suicidio. ¿Es este el resultado de aquel bello y siniestro poema que se hacía llamar amor?
***
Amor Delirante
