Las personas solían creer muchas tonterías y estar totalmente seguras de que tales cosas eran verdades. Yo, por mi lado, habían decidido creer en casi nada. Así, terminé por no creer en absolutamente nada y por darme cuenta de que el ser no puede vivir así. Por eso, prefiero suicidarme ahora que intentar autoengañarme el resto de mi vida como el resto de patéticos mortales.
.
Desde mi perspectiva, tan solo la muerte ofrecía la verdad, pues la vida no era sino un pintoresco y despampanante cúmulo de mentiras muy bien matizadas para trastornar el alma.
.
La verdadera broma está sobre la humanidad, pues su existencia es tan infame, putrefacta, miserable, absurda, patética, execrable y ruin que el mero hecho de que exista tal criatura parece solo obra del caos más estúpido en su forma más repugnante.
.
¡Qué iluso es el ser que se aferra tan estúpidamente a una existencia que es totalmente indiferente a sus creencias, ideas, emociones e, irónicamente, a su esencia misma!
.
Si algo nos ha demostrado el ser es que no existen límites para la felicidad que se puede alcanzar. Pero, como la felicidad está siempre supeditada a la ignorancia, entonces podemos concluir así la verdadera naturaleza del ser.
.
¡Qué cansado es soportar a la humanidad y a todo lo que tenga que ver con ella! Definitivamente debe ser destruida tan aciaga raza, pues sería de muy mal gusto para cualquier entidad divina perpetuar tan ominoso error.
…
Desasosiego Existencial