Claman los superiores por la exegesis de los funestos mortales
Añorada tierra prohibida, plagada de estultos y vacíos animales
Sempiterno sufrimiento se ha cernido sobre los corceles inanimados
Que el mundo desató cuando aceptó la rendición del dolor supremo
.
La existencia fue regresada al sepulcro sublime de los alados
De donde no ha salido por temor al infeliz oprobio humano
¡Qué criatura tan enferma y oscura ha ensuciado la divinidad!
Entretenida con vicios y nadando en la mediocridad de su sombra
.
Sutiles y decepcionados están los dioses supremos ante el altar
Por la decadencia en que el humano cree existir tontamente
Sin sentido alguno camina a tientas sin poder elegir o razonar
Con los ojos cegados, esta criatura se pierde en la oscuridad
.
Infame la ilusión que ha construido para autoengañarse así
Con la falsa esperanza de perpetuar tan eterna equivocación
Rozan sus cuerpos cuando sus espíritus están ya carcomidos
Creen amarse cuando solo se estorban y demuestran su futilidad
.
La onerosa reproducción ha resultado su mayor decadencia
Un tesoro entre seres que solo saben matarse y envilecerse
Mas quizás así fue escrito que ensuciaran su horrible destino
Pues su libre albedrío no podría ser sino un absoluto desatino
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Crujen los suelos ya gastados por la inmundicia impregnada
Acendrados cielos lloran y piden piedad ante la destrucción
Mondos entes viven en la entelequia de un nuevo orden
Reflejos de muertos entre los vivientes obstruyen el sol
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Sueltan las cuerdas aquellos relojes cósmicos y dorados
En el pavimento yacen los quiméricos sueños del ayer
El triste sendero se ha empañado con la sangre del puro
Un suspiro anuncia el suicidio hacia un idílico paraíso
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Palpitación Onírica