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La criatura que odiaba su existencia

Yo quisiera no haber existido, nunca haber aparecido en esta realidad repugnante

Donde cualquier suceso carece de sentido, donde el tormento se torna excesivo

Demasiado tarde para solucionar el presente, demasiado humano para salvar el futuro

Aunque es incierto, sé que mi muerte no será tan lejana, que podré vagar por el desierto

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Las tumbas sollozan y admiten al integrante que se rebela en su naturaleza interna

Cantan algunos desolados fantasmas en el ocaso del demonio asesinando a su padre

El ser humano fue una pintura que ninguna deidad hubiese concebido en plenitud eterna

¡Cuán desdichado es el hecho de existir sin haber deseado venir a este vil desecho!

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La felicidad, de ser someramente lógica, debe consistir en la inexistencia del ser

En el suicidio infinito de cada fragmento que intenta retornar al excitante sufrimiento

Aniquilar cada deseo, entender la inutilidad desde el comienzo de este vano entierro

Experimentación absurda, sordidez emergiendo a cada segundo de una fétida penumbra

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Yo fui también uno de ellos, aún lo soy; pero me consuela pensar en la muerte como real

Y me entristece por completo imaginar que ni siquiera suicidándome borraré mi existencia

Pues quedará mi esencia en esta realidad atroz, símbolo de una equívoca concepción

Podría soportar lo que fuese, menos el sacrílego castigo de haber nacido sin desear ser yo

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Se anticipan los aullidos de las mortificaciones sufridas al tolerar a los inmundos

¡Qué asqueroso es verlos regocijarse en su miserable fanatismo por una vida insignificante!

Concupiscencias tornasoladas de criaturas ajenas y extrañas me persiguen en estos peldaños

Palpitantes criaturas fornicando, esparciendo el vómito que nunca alcanza el límite

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Mis sueños son irrealizables, quimeras de un trastornado cuya mente ha terminado ya

Ellos nunca lo entenderían, pero sus vidas no son sagradas; son solo estúpidas mentiras

¡Cuán asquerosa es la angustia de existir, de no haber podido evitar este suplicio!

En la lobreguez y en el odio sempiterno distingo de pronto la sustancia que debo absorber

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No sé si al morir seré aún horrible, pero permanecer no puedo, pues existir es ya intolerable

La única alternativa es también la mayor duda, la entelequia que aspiro en este delirio

Cualquier destino fue rechazado, cada pensamiento conducido a este suicidio del alma

Y es que existir fue la sombría locura en la que conocí a la criatura que siempre odié ser

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Divagando en el Sinsentido


About Arik Eindrok
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