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Obsesión Homicida 26

No te asustes cuando vislumbres la crueldad y el sadismo del resto, mejor pregúntate qué harás cuando descubras hasta dónde podrías llegar si te atrevieses a liberar tus pensamientos más profundos y sombríos. Tal vez incluso te sorprendería el nivel de maldad y brutalidad que albergas en tu humano corazón, tanto que desearás no ser tú ni un segundo más.

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La existencia ha sido una constante mentira y una infame contradicción desde siempre. La prueba está en que siempre pensamos cosas que, por las imposiciones de esta sociedad hipócrita y con el dolor de traicionar nuestros más oscuros y perversos deseos, nunca haremos. ¿Quiénes seríamos si pudiéramos ser nosotros mismos por unos momentos y mostrarnos tal cual sin temor a las consecuencias de nuestros actos más criminales?

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Desearía poder dar un paso atrás, pero es muy tarde ya. La tormenta está a punto de concluir y sé que mi indispensable final llegará pronto. Mis manos están bañadas de sangre, de esa que también corre por mis venas, pues, en mi conmoción, a mi familia tuve que asesinar. Ahora solo me queda aventarme de este edificio y dejar que mi sonrisa se desvanezca en el grito sepulcral de un suicidio con cual me he de inmortalizar.

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La hipocresía y la mentira en el ser humano son infinitas, por eso existe el pensamiento: para ocultar aquello que más deseamos, pero que no podemos realizar. Siempre ha sido así y así siempre será: todo aquello que nos es más inmanente, más controvertido será en el exterior.

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Liberarse de todo lo implantado puede considerarse como la tarea más sublime del ser en su actual estado de miseria y desasosiego, aunque, ciertamente desprenderse de todo lo externo es la sensación más próxima a la muerte en vida. ¡Quién sabe si incluso durante este avasallante proceso no lleguemos a enloquecer o a matarnos!

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Casi muero al recordarte y, por suerte, esta noche es cuando decidí que al suicidio debía entregarme. Ya no pretendo ocultar mi agonía con cualquier tipo de bagatela ni parapetarme detrás de falsas doctrinas en un vano intento por conservar la cordura. Es ahora cuando más requiero de tus delirantes besos, pero también cuándo más siento la obsesiva necesidad de cortarme las venas. Y, por supuesto, esto último es lo único que, en realidad, me espera tras haber consumido el elíxir del demoniaco renacimiento.

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Obsesión Homicida


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