La manera en la que me haces sentir me deja más que perplejo, la forma tan natural en la que consigues desvanecer esta esquizofrenia suicida me desconcierta. Tienes, en tu inefable mirada, el elíxir que requiero para contrarrestar la agonía de mi miserable existencia, y de tu acendrada voz surge la luz para ahuyentar las demoniacas sombras de mi depresiva locura. Pero, sobre todo, tienes la magia para hacerme sentir yo mismo con tan solo uno de tus catárticos besos, con tan solo uno de tus divinos abrazos, con tan solo tu compañía.
.
Nunca necesité nada de ti, pues tan solo estar a tu lado era todo lo que necesitaba para sentirme, por unos malditos instantes, tan estúpida y magníficamente feliz.
.
Déjame tan solo purificar mi corrompida alma en la extravagante sonrisa de tu alma. Solo abrázame unos segundos más antes de que nos separemos para siempre. Y, seguro estoy, podrás hallar razones para sonreír en los días venideros. Y yo, un pobre diablo, hallará el valor suficiente para rajarse el cuello.
.
Ahora veo que, antes de ti, mi existencia no tenía el más mínimo sentido. Te has ido, todo es ya sombrío, apesta a muerte esta porquería que según es mi vida. Y, si antes todo era absurdo, ¿cómo llamarle ahora a tan triste, solitaria y putrefacta ironía?
.
El día que te conocí entendí que existía algo tan sublime y hermoso como el suicidio: tu compañía.
.
Me resulta demasiado intrincado entender este torbellino de contradicciones y sentimientos tan extravagantes que se apoderan de mi razón, que no me dejan pensar con claridad, y que, sencillamente, me instan a que esté a tu lado para apaciguar la agonía de mi triste y marchito corazón.
.
Para mi eterno e imposible amor…
Libro: Romántico Trastorno