Nunca creí que llegaría este momento, pero finalmente todo llega
Todo comenzó hace ya un tiempo, aunque no recuerdo ya cómo evolucionó
Los lamentos internos fueron más poderosos que cualquier compañía
Y, entre nostalgia y melancolía, me extirpé de sus vidas para no volver
.
Simplemente me esfumé de toda convivencia, me aparté de todo ser
Me recluí en mi absurda miseria, pues era lo más real que podía percibir
Ya no salía con nadie, ya no hablaba más con aquellas masas de carne
No tenía que tolerar sus ominosas presencias y eso, la verdad, me fascinaba
.
Así fue como llegué a estar más solo que nadie, más solo que la soledad
Ya ni siquiera a ella la soportaba, pues me parecía que me incomodaba
Necesitaba la inexistencia tanto como un adicto a la heroína añora la jeringa
No es que yo lo fuera, claro, sino que me ayudaba un poco a dispersar
.
También abandoné, paulatinamente, todos mis vicios, obsesiones y temores
Ya no temía a la vida ni tampoco a la muerte, ya no sabía quién era yo
Me abandoné entonces a mí también, me permití desdoblarme en el ayer
Y cantar sin cesar hasta que la sangre dejara de escurrir, caliente y sensual
.
Pude enfocarme entonces, por vez primera, en descubrir el tiempo
Los giros tan violentos con los que nos obliga a danzar desnudos
Las máscaras que yo usaba con frecuencia para compaginar con otros
Aunque, en el fondo, solo quisiera dejarlos con los huesos rotos
.
Nunca, no obstante, me arrepentiré de haberme extirpado del mundo
Jamás extrañé nada de él ni a nadie, pues en mí lo tenía todo para reír
Intentaron detenerme cuando decidí estar solo el resto de mis días
Ahora nadie podrá detenerme mientras la navaja perfora mis venas
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Dulce Tortura