Te miro y pienso que no podría existir algo más perfecto, más elevado
Pues en tu sonrisa puedo conjugar todas mis locuras y mis alucinaciones
Y, en el cálido manantial de tu alma, puedo hundirme sin precauciones
Dejarme caer hasta sentir que la vida no duele ya tanto, que todavía respiro
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Tus preciosos ojos carmesí me dejan perplejo, pues me paralizan al instante
Basta de una sola mirada para experimentar un remolino de explosiones
De cósmicas ensoñaciones que desfragmentan esta triste mentira viviente
Y que, por unos segundos, hacen mucho más soportable esta maldita pesadilla
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La existencia se torna cada día más trivial y patética en este mundo infame
No puedo evitar sentirme atrapado en una desesperación infernal e insana
Y solo fantaseo con el suicidio sublime para escindir mi demencia por completo
Para purificar la monstruosidad que por naturaleza me envenena el alma
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Deprimentes son las tardes en donde solo la navaja me escucha y me consuela
Donde mi llanto no conoce el fin, donde se muere mi alma lúgubre y absurda
Entonces te extraño con una vehemencia más que anómala, con porfía y locura
Pues cada parte de mi ser tan solo busca refugiarse en tu esencia tan pura
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La luna centellea y las estrellas me recuerdan la intrascendencia de mi ser
¡Cuán lejanas se hallan las plegarias de los olvidados en el ocaso idílico!
¿Qué clase de perturbadora condición es esta que ahora envuelve mi cabeza?
Acaso estaré perdiendo el juicio, pues siento que soy ya un esclavo sin cadenas
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Pero entonces te recuerdo y puedo aún mitigar este sufrimiento existencial
Sí, puedo todavía tolerar un poco más esta blasfemia llamada vida humana
Tú eres tan hermosa, tan distinta a cualquier otra cosa en esta vil absurdidad
Por eso te amo, aunque no sé si solo eres producto de esta enfermedad mental
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Quimérico Enamoramiento