Hoy me percato de lo difícil que resulta amar a alguien, mantener encendida esa flama que tanto nos emociona. Tal vez es solo que yo no puedo ser como el común de las personas quienes se enamoran y aman fácilmente. No, yo debía sufrir, saborear cada gota de esa insana desesperación, coquetear con la muerte cuando el amor ya no pudiera mantenerme en esta absurda prisión.
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La humanidad entera debe ser exterminada, no hay realmente otro camino por seguir si se pretende cambiar el mundo.
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Cualquier actividad o emoción ya no significaba nada para mí. Tal pareciera que había perdido la capacidad de sentir, amar, odiar y hasta de vivir. Estoy al borde del colapso, del suicidio sublime. Estoy deseando nunca haber existido, nunca haber tenido consciencia de ser yo, nunca haber salido de la nada.
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¿Qué más podría quedarle a un espíritu como el mío que se ha secado desde dentro desde hace tanto que no sea la locura o la muerte?
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Todavía recuerdo tus hermosos ojos y creo que una extraña melancolía invade mi ser. Sé que han pasado años desde nuestro último encuentro, pero ¿sabes algo?, no quiero morir, no aún, no sin que antes pueda volver a verte una vez más.
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Romántico Trastorno
