Mertin se hallaba en un inmenso océano negro, todo era oscuro y triste. Lo único que escuchaba era aquella ominosa melodía. Había gente colgando de unos lazos, estaban todos partidos y torturados. Los peces se comían unos a otros en una orgiástica infestación. El sol era absolutamente negro y Mertin se veía necroazul. No había nadie alrededor, la soledad era increíble y el silencio abrumador. Entonces Mertin miró hacia el cielo y observó tres grandes espejismos. En el primero, contempló cómo todas sus memorias estaban allí, su pasado estaba ahí. Todas las experiencias amargas y lo que lo había hecho ser quien era. Luego, apreció el segundo espejismo con profundo disgusto. Era su presente y esta vez pudo ver a July y Abdeko luchando por liberarlo de aquella prisión espiritual; además, se quedó totalmente estupefacto cuando contempló aquel torvo y cruento escenario, más por la bestia que allí se hallaba.
–¡July, estás aquí! –vociferó con tremebunda desesperación, pues era todo lo que le importaba.
Entonces sintió cómo todo su ser quería ir a ese presente. Si tan solo pudiera salir de ese lugar tan sombrío, pero ni siquiera sabía dónde estaba. Aquella costa triste y demencial lo tenía atrapado, esa maldita celda creada por su propia tristeza.
–¿No vas a mirar el tercer espejismo? –exclamó una voz ronca y sabia.
Mertin viró y quedó todavía más confundido cuando vio quién era el dueño de esa conocida voz. No había ninguna duda, se trataba, ni más menos que de…
–¡Eres tú! ¡Eres el anciano que habitaba aquella extraña casa! ¡Eres el que desapareció! ¡Eres quien me enseñó tanto! ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Acaso tienes algo que ver con esto?
–Siempre tan impulsivo, Mertin. Aquí pasan más cosas de las que te imaginas, pero vamos por pasos. Tú no estás enterado ni siquiera de la mitad de ellas, según veo. No obstante, ahora no es momento de estas tonterías, estoy aquí porque quiero que veas tu futuro.
–¿Mi futuro? ¿Acaso eso es posible?
–Por supuesto, no hay imposibles para mí.
–¿Quién rayos eres tú? ¿Es que estás detrás de todo esto? ¡Responde, te juro que no te saldrás con la tuya!
–No estás en posición de hacer demandas, Mertin. No sabes ni cómo salir de aquí, estás en un universo paralelo. La diferencia es que este mundo espiritual está directamente influido por tu conciencia, por tu tristeza. Sabes algo, me agradas, pues has logrado despertar la conciencia cósmica, pero eso no es suficiente.
–¿De qué rayos estás hablando? Ya no quiero escucharte ni te haré caso. ¡Solo sácanos de aquí!
–¿Por qué haría eso? No es conveniente, mi joven amigo. Además, tú provocaste todo esto. Fueron tu propia tristeza y melancolía lo que los llevó hasta donde están. No tengo tiempo para esto, solo dime si te gustaría ver tu futuro y tal vez pueda ayudarte.
–¿Cómo podrías ayudarme? ¡No te creo nada! ¡Viejo miserable!
–Quieres que ella recupere la vista, ¿cierto? Aun cuando puede tener atisbos de una visión temporal, no ha logrado verte claramente. Si haces lo que te digo, ella recuperará la vista.
Mertin estaba confundido, el tiempo se le estaba agotando. Podía ver por el espejismo del presente cómo su energía se iba consumiendo mientras esa bestia devoraba más de sus yo anteriores que lo protegían de la licuefacción de su alma. Además, esa fúnebre melodía comenzaba a molestarlo cada vez más.
–Claro que quiero que ella pueda mirar de nuevo con sus verdaderos ojos, pero no caeré en tus trampas. ¡Habla claro y sin rodeos, no tenemos mucho tiempo!
–Yo no te mentiría, Mertin. Tú eres especial, yo solo quiero ayudarte. Si haces lo que te digo, podrás vencer a Desmetis y regresar a tu universo.
Por un momento, Mertin sintió que podía confiar en aquel maltrecho y arratonado vetusto, así que resolvió escucharlo. De cualquier manera, ¿qué otra opción tenías? Quizás, en el fondo, aquel viejo tenía buenas intenciones con ellos.
–La única cosa capaz de curar a July es la Flor de Lilith. Solo eso le devolverá la vista a tu novia. Sin embargo, no funcionará si no lo deseas realmente. La flor por sí misma no puede hacer milagros. Solamente si tu deseo y convicción son demasiado fuertes y puros, lo lograrás. Ningún ser invadido por la tristeza, la soledad y todos esos sentimientos negativos puede aprovechar el misterioso poder de la Flor de Lilith. Esta flor se halla en el único lugar con luz dentro de tu corazón, ¿sabes dónde? Te lo diré: se halla en el tercer jardín de la primera sección. Se halla en el lugar conocido en las bajas dimensiones como el bardo. No es necesario que te diga cómo es, tú podrás sentirlo.
Mertin no tenía otra opción más que confiar en aquel mórbido senil. Lo único que anhelaba era volver a estar cerca de July y que ella, algún día, pudiera verlo a la cara con sus verdaderos ojos.
–Y ¿cómo se supone que llegaré allá? ¿Cómo podré conseguir que la Flor de Lilith funcione?
–Lamento decirte que eso debes descubrirlo por ti mismo. Todo en la vida cuesta, todo aquello que vale la pena trae consigo un sufrimiento incomparable. Así es como los seres inferiores deben existir, pero te tengo una oferta. Ya que no quieres ver tu futuro, te puedo ofrecer uno alternativo.
–Un futuro alternativo… ¿Es eso posible? ¿A qué te refieres?
–Sí, alternativo. A mucha gente le resulta bastante útil. Desde que habito en ese lugar llamado mundo humano, he aprendido demasiado sobre ustedes. Las personas solo buscan satisfacción, placer y bienestar a cualquier precio. Entre más fáciles sean las cosas, más felices serán. Luego, me pregunto si realmente se puede ser feliz viviendo en el excremento. Escucha Mertin, no tienes por qué seguir con esto. Si aceptas mi oferta, puedes ser feliz con July y nunca más serás molestado. Puedo ofrecerte la felicidad eterna, así de benevolente soy. Nunca morirán, ni tú ni ella. Todo será perfecto, vivirán en el mundo ideal. Lo único que te pido a cambio es que me entregas la vista de July. Ella no podrá ver nunca más, pero eso no tiene importancia. Solo dame eso y serás feliz por siempre. ¡Ustedes nunca morirán, serán feliz por la eternidad!
–¿En verdad puede eso ser posible? ¿Existe una forma en que ella y yo podamos ser felices y evitar todo este sufrimiento? Y todo eso, ¿solo a cambio de su vista?
Mertin estaba terriblemente confundido. Además, en su interior ocurrían nauseabundas convulsiones. Aquel viejo parecía estarlo sometiendo a una especie de hechizo, pues, sin percatarse, creía cada vez con más firmeza que no tenía otra opción sino aceptar aquella dudosa y sombría propuesta. De pronto, un arrepentimiento cerval lo invadió y supo que de ninguna manera podía acceder a tan morbosas pretensiones de aquel viejo cínico.
–¡No es bueno! ¡No puede ser así de fácil! ¡Esto no puede terminar así!
Sin darse cuenta, aquel infame senil se estaba acercando a Mertin al punto que ya estaba detrás de él y había colocado su añeja mano sobre la cabeza del joven. Estaba a punto de envolverlo en las sombras y de absorber todo su poder.
–¡Demonios! ¡No puede ser! ¡Mertin está comenzando a ser invadido por la oscuridad! Su cuerpo parece ser invadido por las sombras, debemos hacer algo pronto.
Abdeko giró y se quedó inmóvil, alguna fuerza misteriosa lo detenía. Estaba a punto de ver lo que jamás hubiese querido ver: aquella infame criatura estaba justo detrás de July y su elástica boca ya había cubierto la cabeza de la joven, aquellos cuernos relampagueaban con un matiz necroazul y July estaba bañada en aquel excremento ensangrentado que escurría por la execrable boca de la bestia.
–¡July! ¡No, por favor! ¡Mertin! ¡Este no puede ser el fin! ¡Este no es su destino! ¡Maldición! ¡Despierten ya! –gritó Abdeko con todas sus fuerzas.
July y Mertin podían recordar fragmentos de las conversaciones que habían sostenido y sentir muchas cosas a pesar de estar en una especie de trance multidimensional.
…
–¿Nunca has pensado en qué pasaría si tu vida fuese diferente?
–No, nunca lo había pensado, Mertin. Es decir, sí, pero no quiero una vida diferente. Yo quiero luchar y seguir adelante, sé que hay esperanza. Yo solo quisiera volver a ver y lo que más anhelo en el mundo es verte. Siento la tristeza y el sufrimiento del mundo, pero lo tolero, es soportable y ya estoy acostumbrada. Lo he sentido desde hace tanto que ya no sé lo que es vivir sin ese dolor.
–Y ¿cómo puedes vivir con eso, July? Quisiera hacer algo para aliviar tu dolor, si tan solo pudiera cambiar al mundo.
–No te lamentes, Mertin. Ya te dije que el dolor es tolerable y me ayuda a salir adelante. Tú has sido muy lindo conmigo, y perdón porque a veces no suelo ser tan expresiva, pero aprecio todo lo que haces por mí.
…
–¿Qué haces aquí? ¿Acaso estás loco? No puedo ir contigo ahora.
–Es que tenía muchas ganas de verte y, como no contestabas, pensé en venir a tu casa. Lo lamento, ojalá que pudieras ir conmigo.
–Mertin, tranquilo. Podemos ir, pero prométeme que todo estará bien, que tú me cuidarás.
…
–Dime algo, ¿tú crees en el amor?
–Claro que no, eso no existe. Son tonterías, sería absurdo creer en eso. Ningún ser humano ama de verdad, es solo dependencia e interés.
–No pienso lo mismo que tú, Mertin. No he amado a nadie y nadie me ha amado, pero creo que es posible que exista algo así. En este mundo tan triste, creer en el amor me da esperanza.
–Pues no lo sé. No creo que alguien me ame algún día. Además, no lo necesito, soy muy feliz odiando al mundo.
–Entonces ¿también me odias a mí?
–No, claro que no. Bueno, yo no me refería a eso. Tú eres diferente del resto.
–¿Por qué diferente? No te entiendo, quisiera comprender tu odio. Tampoco sé por qué te aferras a esas ideas si eres un chico brillante. Desde el día en que me salvaste, he sentido en ti una profunda tristeza, pero también siento ternura y bondad en tu alma. Si tan solo te dejaras ser lo que realmente eres, quizás…
…
–¡Mertin, eres tú! ¡Estás vivo y yo…!
July salió de aquel anormal trance y recordó todos los momentos que había vivido con Mertin. Las lágrimas se convirtieron en lágrimas de sangre y el llavero en forma de mitad de corazón brilló nuevamente con esa intensidad insoportable.
–¡July, eres tú! ¡Estás viva y yo…!
Mertin recobró conciencia y, al igual que July, rememoró exactamente los mismos momentos vividos. Era como si estuvieran tan conectados que ni siquiera en universos diferentes podían estar separadas sus almas. De pronto, de aquel líquido mucilaginoso algo brilló y la otra mitad salió, aquella que completaba el llavero que tenía July. Era idéntica, solo que ésta centelleaba diferente, con la misma intensidad, pero de manera distinta. Aquél llavero se levantó de ese nocivo fluido y se dirigió hacia el corazón de Mertin.
–Yo no aceptaré ese trato ni ahora ni nunca. Tampoco sé quién seas, solo sé que quiero a July y de ninguna forma me interesa ese futuro.
Así, una luz centelleante se apoderó de esa prisión gris y deprimente. Entonces ese universo se desgarró, la dimensión se caía a pedazos. Mertin sintió cómo regresaba a donde se encontraba July, ya quería sentirla cerca. Aquel viejo ruin simplemente se esfumó como si de un truco de magia se tratase, pero algo en su semblante hacía pensar que este no sería su fin.
–¡Es Mertin, está regresando! –dijo Abdeko muy emocionado.
Acto siguiente, la infame bestia que abría su repugnante boca sobre July fue repelida por una luz refulgente que provenía del llavero que esta sostenía. Dicha luz parpadeaba de un modo distinto al de Mertin, pero era igual de cegadora.
–¡Mertin, eres tú! ¡Estás de vuelta! –expresó July, quien podía borrosamente divisar esa silueta cuya energía sabía pertenecía a Mertin.
–July, Abdeko. Ustedes no saben cuánto lo siento. Me dejé llevar por mi tristeza y el presente me tomó. Traté de luchar, pero no pude resistirme. El poder de la oscuridad y la tristeza es increíblemente fuerte. No sé si podamos vencerlo, tan solo tengo miedo.
–Mertin, no digas eso. Tú eres mi amigo al igual que July. Ustedes lo lograrán, de eso no me cabe la menor duda. Dime, ¿sabes cómo deshacernos de esta bestia infame?
–No lo sé, pero sí la conozco. Era parte de esos recuerdos perdidos debido a la zozobra y melancolía que sentía.
–¿Qué estás diciendo, Mertin? ¿Tú conoces a esta cosa? –inquirió July muy aturdida.
–Sí, así es. De hecho, la conozco a la perfección… Les contaré: esa cosa es una tulpa que yo solidifiqué hace tiempo. En realidad, estaba muy asustado por todo lo que pasaba en mi vida, todos los problemas me agobiaban y tantas dudas existenciales que tenía. Todo eso hizo que mi alma y corazón se llenaran de una inmarcesible tristeza. Poco a poco, y sin darme cuenta, mi mente comenzó a interpretar esa tristeza y darle forma. Al principio, no quería creerlo, pero hasta mi hermana la veía. Esta cosa que está en este universo es la misma que me perseguía en mis sueños y también en mi estado de conciencia relativa, que es en donde los seres humanos vivimos. No sabía qué hacer ni como escapar de su presencia blasfema. Me sentía ligado a ella por mi profunda depresión, hasta que un día comenzó a lastimarme. Me despertaba con arañazos y con excremento ensangrentado por todo el cuerpo. También escuchaba aquella diabólica melodía que ahora ya ha disminuido. Fue entonces que pasó aquel suceso que agradezco tanto. El día que compré estos llaveros, los cuales se unen y se separan, esa bestia se fue. No podía creerlo, finalmente era libre. Me dio tanto gusto y todo pasó tan rápidamente que, cuando menos esperé, en las vacaciones del año siguiente, perdí una mitad del llavero. Por más que busqué, no hallé nada y me resigné a perderlo. La bestia no volvió, así que, con el tiempo, olvidé ese suceso. Lo más extraño de todo es que sentí como si alguien o algo se hubiera tragado esa mitad y ahora la encontré de nuevo, en un universo paralelo. Parece no tener sentido, pero así es.
–Lo siento, Mertin. Debieron haber sido momentos muy tristes para ti y yo no quiero que nada malo te pase.
July nuevamente estaba llorando sangre mientras hablaba, casi no podía contener todo lo que sentía por Mertin.
–Te quiero tanto, eres lo más importante en mi vida…
De pronto, las hadas cesaron su mórbida melodía y aquella luctuosa bestia que se dirigía nuevamente hacia July y Mertin comenzó a desmaterializarse. El alma de July estaba quemándose, se podía sentir una gran cantidad de energía. Estaba conmocionada por todo lo que había ocurrido y las vibraciones estaban al máximo.
–Mertin, tú me diste valor para vivir y enfrentar mis miedos. Tú eres todo lo que me importa y yo… ¡Yo quiero regresar a mi mundo para pasar tiempo contigo!
July cesó de llorar y corrió hacia Mertin, entonces las mitades de corazón se unieron. El llavero estaba conectado de nuevo, tal y como las almas de July y Mertin. Era una conexión extremadamente vetusta que ninguno de los dos podía entender, pero era bastante poderosa y resplandeciente.
–¿Qué está ocurriendo? Siento demasiada energía brotando de algún lugar desconocido –balbuceaba Abdeko, quien no podía siquiera comprender lo que la atracción espiritual significaba.
Así, ese universo también comenzó a derrumbarse. Las hadas explotaban en un cromatismo increíble y se convertían en polvo cósmico. El líquido mucilaginoso se evaporaba, las rocas se venían abajo y aquella quimérica criatura se convirtió en nada más que arena. Súbitamente, hubo un increíble resplandor y una esfera de luz celestial envolvió a July y Mertin, quienes, a lo lejos, vieron como ese siniestro y execrable universo se convertía en parte de la nada. La tristeza interior de Mertin había sucumbido por ahora. Sin embargo, el universo paralelo donde reinaba la tristeza estaba lejos de ser destruido.
–¿Qué ocurre? ¿Qué estás diciendo? ¿No funcionó?
Un hada de color verde iridiscente se posaba en los hombros de Desmetis, quien bebía una ingente copa de coñac.
–Parece que estos sujetos son más persistentes de lo que pensaba. No barrunté que pudieran romper universos paralelos de esa forma. Se supone que mi plan era perfecto y, aun así, se salieron con la suya. Bueno, de todos modos, al final yo seré el ganador. ¡Ja, ja, ja! Pobres tontos enamorados, ¡que el diablo cargue con ellos!
Desmetis reía demencialmente mientras trituraba la hada del reino de la tristeza del presente para luego devorar los restos. Sus dientes eran los de un tiburón y tenía en realidad 3 mandíbulas perfectamente sincronizadas.
Por otra parte, Abdeko se encontró a July y Mertin desmayados. Los 3 estaban justo a la entrada del segundo templo, justo donde Mertin había desaparecido.
–July, ¿estás bien? Mertin, ¿sigues ahí? Alguno de los dos, ¡hábleme, por favor!
Abdeko trataba desesperadamente de despertar a los 2 locos enamorados, pero ninguno reaccionaba. Era como si el choque de energía los hubiera agotado en exceso.
–July, ¿dónde estás? –balbuceaba Mertin aún dormido.
–Mertin, ¡qué bueno! Despierta, por favor. Tú eres el único que puede sacarnos de aquí. ¡Debes despertar, no puedes morir todavía!
…
–Ven… Vámonos lejos de todo… Yo solamente quiero ser feliz contigo en ese beato lugar donde nada ni nadie podrá separarnos jamás.
–Sí, vamos… No me interesa nada más en el universo, ni en este ni en ningún otro. Solamente me importas tú… Ya es suficiente de tanto malestar y angustia, yo quiero estar donde tú estés.
–Toma mi mano, seamos felices muy lejos de aquí. Abrázame y bésame, hazlo sin que te importen las consecuencias, porque ya todo está bien.
–Claro que sí, tú eres la mujer más hermosa que existe y yo solo… ¡July! ¿Qué les ocurre a tus ojos? ¡Están vacíos! ¿Por qué están huecos? ¡No, por favor! ¡July…! –gemía horrorizado Mertin en sus sueños.
…
–Tranquilo, aquí estoy –susurraba una voz al lado de Mertin, quien había despertado aterrorizado.
–July, ¡estás bien! ¡Eso es fantástico! ¡No sabes cuánto me alegro! Logramos salir de ese lugar tan espantoso y vencer a esa bestia infame.
–Muchas gracias por preocuparte por mí, la verdad es que yo también estaba muy intranquila cuando desapareciste.
–Muchas gracias, nunca nadie se había preocupado así por mí.
–Mertin, haces que me sonroje y no me gusta ponerme así. Y es que yo…
.
Libro: Los Vínculos del Alma