La felonía supuso la sempiterna ruina ante la cual no logré permanecer
Tu boca en la sombra de alguien más desfragmentó el símbolo del amor
Mis lánguidos ojos, al contemplarte, en el acto estallaron; tembló mi alma
¿Era este el divino momento de decir adiós? O ¿acaso de conferir perdón?
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Soy solo un mentiroso, un vil propagador de la ignominia más ruin
Que en ti ha creído atisbar la más elevada forma de humana existencia
Y, en aquellas noches ya olvidadas, ha colocado su miserable fe en ti
Buscando sin cesar el remedio para detener la intromisión del caos
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¿Qué habrá sido de todos los juegos y días asesinados hasta hoy?
Me pregunto si, en el silencio y en la muerte, vagarán los sentimientos
Es siniestro intuir los cambios que darán forma a la última verdad
¡Qué enterradas están las promesas cuya falsedad no es novedad!
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Ya presencié la lóbrega y sabia catarsis de la belleza decadente
En aquellos momentos hubiese deseado alterar las probabilidades
Al menos así el dolor no habría perforado mis insulsas ilusiones
Contigo siempre fue real lo imposible, pero terminó en tragedia
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Habrá discursos por todas partes acerca del hechizo incoherente
Porque el mundo acabó para mí con el torbellino de tu partida
Las arenas vetustas se agitaron arrancando cualquier máscara
El cambio venía ya, pero me negaba por miedo a la sombría soledad
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El vapor marchitó las mariposas dentro de la caldera refulgente
Vacío silencio apareció donde otrora figurasen nuestras homilías
Se acabó tan pronto el fragmento de felicidad invocado en la fuente
Languideció la brisa que transportaba nuestros sueños y entelequias
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¿Dónde se hallará la magia esfumada de los corazones pegajosos?
¿Permanecerá un tenue hilo del destino cuyo olor absorbimos?
¿Se repetirá hasta la divergencia la desgastada alabanza final?
Me gustaría saber si realmente fue a propósito tu deceso espiritual
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Haré lo que sea necesario para opacar la sombra de tu vil recuerdo
Crearé un mundo donde el dolor alimente el progresivo complemento
De ti he recibido la magia del encuentro y el amor que muere macilento
No estaba preparado aún, pero debía salir de la cueva y volver a ser yo
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Corazones Pegajosos