Múltiples formas, figuras terroríficas y delirantes poblaban mi sombra asquerosa
En ocasiones, incluso sucumbía ante la cerval y ominosa naturaleza de sus súplicas
Tan comunes se tornaron esos repentinos y agresivos arrebatos de personalidad
Que me acostumbré a vivir sin ser yo mismo, a morir para resucitar en cada espejismo
.
En un comienzo, creía controlarlos con majestuosa técnica, pero erré los cánticos sutiles
Posteriormente, su poder fue incontrolable y sus pensamientos imposibles de contener
Llegué a temer sus susurros indecibles cuando la noche envolvía mi atroz raciocinio
Nunca acepté su infame existencia, ni siquiera ahora; como tampoco he aceptado la mía
.
Lo más abrumador y execrable es su sutil manera de encarcelarme y aturdirme
Entonces comienza una guerra de colores infinitos hasta derrumbar mi cordura
Y, aunque temporal y ajena a mis deseos, actúa con total voluntad imperante
Cónicas y maltrechas alimañas; me aterra pensar que no soy yo quien las controla
.
No podría ser yo víctima de sus sanguinarios rituales en los aquelarres incestuosos
No podría ser que mi mente se hubiese fragmentado en tan escabrosos escalones
Las observo crecer y cebarse con mi esquizofrenia, absorben la energía de mi alma
Y esparcen la oscuridad por doquier, inundando mi calma y controlando mi mente
.
Es inútil oponerse ante sus designios, enloquecería si continuase haciéndolo
Es mejor entregarse a ellas, aunque me desconozca cuando suyo es este cuerpo
Hacía ya algunos años cuando recordaba ser aún el dueño de mis pensamientos
También rememoraba, como humor artístico, cuando aún de mí no había huido
.
En ocasiones sentía volver, retomar el mando de lo que sabía era yo y permanecer
Pero con el tiempo mi débil y humana mente agonizó ante la magnitud de sus susurros
No era bueno que algo así existiera en mí, mas lo hacía apoderándose de mi esencia
Ahora barrunto, por última vez, si fui yo quien creo todas estas formas en mi ausencia
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Palpitación Onírica