No deseaba eso de ti, pues era algo que aquellos a quienes tanto detestaba glorificaban y hacían cada día. Yo solo quería amarte de un modo que trascendiera este mundo y que vivificara una nueva percepción en la unión de los espectros del amor. Supongo esa fue mi condena y gracias a eso que tú te distorsionaste entre los cánticos de la amargura y el adiós.
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Ya no podía desear nada, ningún irreal espejismo de placer carnal podía hacerme olvidar el sufrimiento que significaba ser un loco misántropo perdido en las grandes ciudades infestadas del rebaño infame, entre los abundantes y asquerosos monumentos humanos hacia la podredumbre y la degradación del espíritu. Pero ¿qué hacer entonces? ¿A dónde ir si en todo lugar y momento la miseria humana, propia o ajena, estaba siempre presente?
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Solo deseaba hallar un hogar entre tanta maquinación infame, un lugar donde poder descansar y morir sin necesidad de torturarme a mí mismo por odiar mi existencia, por ser tan distinto en un mundo tan asqueroso donde sus habitantes parecían ya haber olvidado el cuestionamiento más sublime. Mis absurdas ensoñaciones no podían ser escuchadas y mi trágico destino había sido sellado desde hace mucho sin que nada pudiera hacerse al respecto.
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Otra volición sin sentido en la mente de una criatura a la cual le fascina engañarse a sí misma sin un ápice de razón. Pobre ser humano, tan afligido y consumido por dilemas morales que escapan a su insuficiente reflexión. Es incapaz de percatarse de la verdad que tan tenazmente se presenta ante su ciega caminata, ante el arroyo del cual requiere beber para revivir la auténtica forma de su abyecta naturaleza. La corrupción que impera en sus entrañas es tal que, si se pudiera mirar en su interior, seguramente se querría vomitar de inmediato.
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Es un espléndido engaño que el ser humano, en su tergiversada noción de la existencia, pretenda la fidelidad en todo sentido cuando ni siquiera puede ser fiel a sí mismo y a su espíritu carcomido. No es extrañar, sin embargo, que sea nel egoísmo y la sed de poder las principales características del mono, y que más que nada en el supuesto vínculo del amor salgan a flote tales aberraciones.
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Obsesión Homicida
