Pensamientos LEEH22

Inconsciente de su inutilidad, adorador de la banalidad, buscador de vicios y mundanidad, conspirador de sueños rotos y profeta de la destrucción masiva; he ahí lo que se persigue viviendo en las actuales mentiras el humano.

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Contigo puedo tolerar ser yo mismo, puedo olvidar todo el sufrimiento que significa existir sin sentido en este manicomio suicida que es mi mente, y puedo, sobre todo, recurrir a mi intuición para recoger el último de tus latidos.

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Los sonidos de las sombras retumbaban en las cavernas de la inmanencia putrefacta en que se había tornado mi alma. Cada nueva melodía estaba destinada a oscurecer aún más el complejo enmarañado de diversas percepciones que se mezclaban hasta fracturar mi vida.

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No era nada bueno descubrir qué era yo en realidad, pues los primeros indicios ya me habían advertido de aquello que enloquecería mis sentidos. Fue entonces cuando tenté mi destino, palpé mi interior y vociferé cual demonio.

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Ante la iluminación momentánea sonreí y creí poder tolerar lo que vería, pero descubrir mi reflejo en las fétidas catacumbas de la misantropía y el delirio me condujo a la insania, pues fue así como entendí el horrible monstruo que siempre había sido.

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No existe mayor idiota sobre el mundo que aquel quien cree de verdad en la humanidad y se ilusiona con cada repugnante emanación de tal pestilencia.

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Libro: La Execrable Esencia Humana


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