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Romántico Trastorno 22

Para mí siempre serás especial sin importar qué ropa uses, qué maquillaje te coloques, qué máscara te incrustes o en qué cuerpo reencarnes, pues lo que amo de ti es tu alma; te amo a ti por encima de todo y de todos. Yo te amo más de lo que amaré mi muerte y esa clase de amor, creo, es la más pura.

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Y, cuando te marchaste aquella noche, no voy a negar que quería llorar con todo mi ser. No dejaba de temblar como un idiota y mis labios ni siquiera se podían despegar. Pero terminé por aceptar tu partida, terminé por ahuyentar a mi amarga soledad hablándole de cuánto te amaba todavía. Y justamente en dichas pláticas absurdas fue cuando descubrí lo liberador que era contemplar cuán feliz serías con alguien que no estuviera tan loco y que no fuera tan suicida como yo.

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En esos momentos donde más abajo caía, era también cuando más saboreaba mi propia miseria. La verdad es que la tristeza, más seguido de lo que pensamos, nos acaricia tan solo para mostrarnos la realidad desde una perspectiva más imparcial y ajena a nuestra patética percepción humana. Las cosas, sin ese absurdo velo que siempre usamos, nunca son como hemos creído; son mucho peor.

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Son tus místicos ojos los que no consigo olvidar, pero ¿cómo hacerlo? La verdad es que ni siquiera sé si quiero, aunque ahora me duela tanto recordarlos. La insana melancolía que me invade al considerar que jamás volveré a perderme en tu sibilina mirada es algo que solo la más sórdida decadencia pueden hacerme olvidar temporalmente… Y es que ¿cómo olvidar esos ojos hermosos y fulgurantes donde se fundían todos los colores, los sonidos y las sombras? ¿Cómo no recordar esos labios tan embriagantes donde colapsaban sin remedio mi vida y mi muerte?

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Y no, ya no te amo ni tampoco pienso en ti cada noche antes de dormir; ya no centellea mi corazón cuando imagino que volveremos a estar juntos alguna vez en alguna extraña dimensión. Pero ¡qué fácil es decirlo justo ahora…! Estando tirado en este bosque sombrío, en absoluto estado de ebriedad y con tantas heridas abiertas en mis muñecas.

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Romántico Trastorno


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