Y, cuando se hayan agotado todas tus opciones, siempre podrás buscarme. Seguramente te estaré esperando, pues, incluso más indispensable que el suicidio, me es el volver a besarte una vez más.
.
Y todo lo que quería se fue despedazando poco a poco. Y todos a los que quería se fueron yendo poco a poco. Y la mujer a la que amaba también se fue, dejándome con el corazón más que roto. Y la vida que tanto detesté también se irá esta noche cuando al fin el suicidio calme este ridículo alboroto.
.
Porque cada que estaba contigo sentía que la muerte podía ya no serme tan interesante y, aun así, tuviste el atrevimiento de lastimarme.
.
Si todo lo que más amé en esta vida fueron esos instantes a tu lado, ¿cómo no me iba a suicidar cuando te marchaste dejándome ahí llorando? Estaba con el corazón hecho trizas, en pleno invierno, abrazando tus rodillas y suplicándote, con el orgullo más que acabado, que te quedaras solo una noche más.
.
Lo que alguna vez hice por ti jamás creí hacerlo por nadie. Lo que tú me hiciste a mí no se lo deseo a nadie. El daño fue letal, el suicidio lo único viable.
.
Para mi eterno e imposible amor…
Libro: Romántico Trastorno