Te quise tanto, acaso en verdad llegué a amarte con todo mi ser
Jamás, después de que te marchaste, volví a encontrar alegría alguna
Nunca nadie más consiguió alegrar mi vida como tú lo hacías
Ni nadie tampoco pudo tocarme como tú me devorabas en las sombras
.
Incluso en estos momentos finales, recuerdo de ti cada sublime detalle
Tus ojos negros y brillantes, inmensamente bellos y expresando lo eterno
Tus labios delgados y rosados donde tantas veces aterricé sin paracaídas
Tu cabello castaño y esponjado donde siempre me enredaba sin precaución
.
Tus manos suaves y delicadas que tantas veces adoré hasta alucinar
Tu blanca piel; tan fresca, pura y vivificante como la nieve del ártico
Tu magnífico rostro cuya inmaculada belleza no puede ser plasmada
Y tu cuerpo, ¡oh, dios mío!, que siempre me dejaba al borde del infarto
.
Te quise tanto y no tengo ninguna necesidad de negarlo, pues mentiría
Pasé toda mi vida obsesionado contigo desde aquel día en que te fuiste
Memoricé cada uno de tus comportamientos y siempre los replicaba
Secretamente, lo admito, me informaba de cada detalle de tu vida privada
.
No me culpes por mi enferma obsesión contigo, mejor cúlpate a ti
Por haber sido el amor de mi vida al cual tuve que ver perdido
Acaso la culpa fue mía, tuya o de ambos; no importa ya saberlo
Pero, si me dijeran que tú irías al infierno, yo te seguiría sin dudarlo
.
Fuiste todo lo que yo adoré y amé en mi deprimente existencia
Mi sonata favorita, mi poema predilecto y mi pintura perfecta
Era para mí un deleite ser la alfombra que pisaban tus etéreos pies
Jamás olvidaré todo lo que vivimos, ni siquiera tras haberme colgado
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Dulce Tortura