Te vi ayer en las estrellas y creí enloquecer de miedo al rozarte
Pero no por tenerte cerca, sino porque nada quedaba en el aire
Las mariposas se congelaron y las rosas se marchitaron al soñarte
Una excéntrica indiferencia se apoderaba de mi trémula consciencia
.
Me temblaban las piernas, el caos se prosternaba en este encuentro
¿Casualidad o destino? Ambos se habían burlado de nuestro último beso
Lo más bello era contemplarte, siempre fuiste mi mejor poesía
La elegancia encarnada del ángel incorruptible en el verso divino
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Todo en mí se agitaba, incluso el tiempo me trastornaba contundentemente
El recuerdo de aquella irreversible felicidad que contigo obtuve volvía
Las vetustas páginas cuyo final jamás será escrito ni imaginado por nadie
Se había terminado nuestro idilio, en tormento se había tornado la magia
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Jamás habría querido presenciar la facilidad con que probaste otras grietas
Porque cuando yo vi aquello, entendí que tu espíritu ya no me concernía
Lo más bonito que me había pasado solo en argucias estaba basado
Tu compañía la adoraba, pero la herida ni en mil años habrá sanado
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Por eso me mantuve impasible ante el concomitante reencuentro
Por eso te desterré de mí y te arrojé hasta el otro lado del universo
Para mí ya nada significa existir, aunque mi mente indique lo contrario
¡Maldita sea, si tan solo nuestra decadencia hubiésemos aceptado!
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Si hubiéramos nuestras sombras liberado y concurrido en la única verdad
La infidelidad resulta natural e imprescindible para entender la realidad
De nuestra implacable faceta sexual y la necesidad de otros cuerpos devorar
Yo creía en ti como una esencia diferente, pero erré en mi triste percepción
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Por eso me atormento desde el día en que hiciste estragos mi frágil corazón
Beso y me acuesto con ilusiones tan solo por costumbre, sin sentir ni pensar
Me resulta anodino conocer personas, a nadie le podría contigo comparar
Y sinceramente, aunque mi alma hayas destrozado, creo que todavía te amo
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Palpitación Onírica
