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Encanto Suicida 07

Absolutamente nada en esta patética realidad trascenderá: he ahí la libertad del sinsentido, la única llave para la puerta de la exégesis y el suicidio sublime. Aceptar nuestra natural impermanencia debería ser nuestro único destino, la predilecta llama que arderá sin cesar dentro de nuestros corazones atormentados. Mas nos encanta autoengañarnos con cualquier argucia, con ilusiones y personas que se terminan demasiado rápido y que siempre nos dejan más tristes y rotos. Tal es la tragedia de este circo humano donde habitamos sin desearlo y donde solo la muerte puede ya agradarnos.

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El ser subyugado y absurdo que abunda actualmente es solo consecuencia de la trastornada tergiversación que las élites han esparcido como verdad. Y que, en su esencia más pura, ha hecho al humano perder la capacidad de divagar entre los mundos ocultos en su interior. Ya nadie busca su propia sabiduría y luz, sino que se entrega con nauseabunda fantasía a las ideas y doctrinas del exterior. Ya nadie quiere escuchar esa voz interna, aquella sinfonía originada en el alma y asesinada por los estímulos anómalos de la horrible pseudorealidad. Y en esta época donde más que nunca el espíritu está siendo aniquilado, más relevante debería sernos el proclamar nuestra esencia de mil colores e infinitos latidos. Ya casi nadie se percata de esto y es normal; dentro de poco este mundo también habrá colapsado como muchos otros y se convertirá en polvo cósmico que nadie, ni siquiera Dios, osará recordar ni por accidente o casualidad.

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Lo común ha arropado a los seres hambrientos de un terrenal refugio, de un falso consuelo; los cuáles se han parapetado ante la oscuridad de su sombra sin querer ser libres de su funesto entierro. Su bestial naturaleza los ha condenado a las tinieblas del olvido y el tiempo no ha sido más misericordioso con ellos que el color de la nada. No podía acaso acontecer de otra manera, así estaba escrito que sería el atroz final de un conjunto de ignorantes esclavos de sus delirios. La burla más siniestra fue creer que había un futuro o un sentido en esta ignominia sempiterna, en este cómico desvarío del caos que ha tomado la forma de un mono parlante y que ha elevado este error hasta lo más indeseable.

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Así es como se complace en vivir el ser: extraviado de su origen, envuelto en irremediables prejuicios, adorando lo más fútil y cegándose ante la sublime entidad. Por suerte, su estancia en esta anómala dimensión no es prolongada. Creo que, inclusive si así lo fuera, no dejaríamos de observar la misma miseria e intrascendencia o quizá todavía más. El cruel camino que ha elegido esta raza está atado al sufrimiento, la desdicha y la avaricia. Nada se puede hacer al respecto, nada sino deprimirse en este cuarto funesto y contemplar, con amarga ironía, la soga que espera desde hace mucho por nuestro cuello. Luego, solo dejarnos caer en lo desconocido, en lo hermoso, en lo verdadero… ¡En los increíbles confines de ese añorado más allá!

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Todo ser, sin importar sus principios y el supuesto amor que pregone en su quimérica realidad, termina alguna vez en su vida, indudablemente, abrazando los embriagantes y reconfortantes brazos de la infidelidad. Esa es la mejor forma de entender la decadente naturaleza que compone la esencia del mono. Más allá de eso, ¿qué podría haber? ¿Qué otra cosa sino lástima hacia los débiles disfrazada de compasión, benevolencia o cariño? ¿Qué otra cosa sino apego, codependencia y necedad hacia una existencia que nos escupe en la cara y nos tortura de mil maneras? Creemos que hacemos lo correcto al seguir viviendo, pero esto en sí es también solo un prejuicio más de la moral tan controvertida bajo la cual se ha regido siempre esta estúpida y aciaga civilización. Nos cuesta entender y aceptar lo que no nos ha sido impuesto como principio, mas algo en el fondo nos recuerda que la libertad y el amor no son algo que se pueda imponer ni exigir, sino algo que nace y muere dentro de nosotros; algo para lo cual, evidentemente, aún no está listo un mundo tan corrompido y adoctrinado como este.

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Encanto Suicida


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