Caminando en el bosque de controversias disecadas pienso en lo que fui
Está tan lejano aquel triste ser del cual se originó la habilidad de existir
Y tú estás con él, ascendiendo la montaña dorada y cuidando su porvenir
Te encontré siniestramente debajo del infinito pergamino mal doblado
.
La angustia de estar vivo era peor que cada despertar sin sentido
El mundo no era adecuado ni bueno, sino miserable y estúpidamente sombrío
¡Qué halago de la infortuna haberte colocado en medio del sendero!
O tal vez fue la locura quimérica la que modeló tu mirada en mi destino
.
Marcado por la burla inmanente de buscar la imposible sentencia
Me abrazaba a tus piernas y lamía el néctar que revivía la estabilidad
La espera se tornó inexorable y sempiterna, yo debilité el signo del rey
¡Cómo anhelaría besar la convulsa planta de sortilegios para separarte!
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No tengo nada desde que murió el sostén de este corazón tenebroso
Nada vale la pena ya, y me asusta saberme inexistente y sin poder comprenderte
Llamaré insistencia a la terca obsesión de matarme estando dentro de ti
Y luego arrojar tu cadáver a los ángeles para ver si aceptan tu reposo
.
Volverás a mí tantas veces como sea necesario hasta completar el laberinto
Hemos extenuado la cabeza perdiendo la esencia que sembró nuestro tormento
El viento sellará con su poderío las tenues brisas que soplan sin detrimento
Quedarás pegada por siempre a mi vida, vestida con la extinta sonrisa del ayer
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Y, sin embargo, sigo temblando y buscando el método para regresar el ciclo
Melancólicos brotes de ansiedad me dominan tras ceder ante el sonido de tu encanto
Inexplicables latidos esgrimen los sentidos terrenales que formaste con tu canto
Será todo un enigma discernir qué fue real en aquel mundo de tu falso contubernio
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Corazones Pegajosos