Aunque se niegue todo el tiempo, es muy seguro que dos personas solo están juntas para fornicar y esparcir su execrable esencia; y es que precisamente esa podría ser, acaso y muy lamentablemente, la única razón de esta humana existencia en el modo más realista y anodino. Más allá de eso, no queda gran cosa sino ecos de muerte, locura y dolor mediante los cuales creemos justificar nuestra sempiterna irrelevancia.
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Aquel ente depravado ya no encontraba ninguna clase de placer en las más ignominiosas perversiones, así que recurrió a formas más extrañas e intensas de aquietar sus pasiones más bestiales. Y en ello radicaba la enajenación que le poseyó cuando a sus hijos y a su esposa liquidó, y con sus restos unidos fornicó hasta el delirante amanecer, momento en el que al suicidio recurrió para en un dios renacer.
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Lo que ya no quería era vivir, precisamente porque detestaba cómo era todo en esta horrible sociedad y porque me sentía todo el tiempo forzado a respirar. Además, cosas como la verdad, la muerte y la justicia, entre otras que realmente me interesaban, estaban más allá de mi alcance por ahora y tal vez por siempre… Sí, todo aquello que añoraba estaba más allá de mi humana y adoctrinada esencia.
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Por más que lo reflexionaba, no hallaba nunca la certidumbre definitiva para aceptar el imperante sufrimiento que significaba estar vivo; sobre todo, siendo tan humano. No entendía, así pues, cómo los miserables seres a mi alrededor podían no sentirse así de desesperados y/o angustiados ante una existencia sumamente caótica y absurda como esta. Yo, a diferencia de ellos, estaba a punto de enloquecer; mejor aún, de matarme.
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La última instancia del ser y, por ende, el estado más divino en la consciencia tan limitada que posee la patética raza humana no puede ser otro que el suicidio. Una vez que se reconoce a la muerte como el único bienestar posible y eterno, nada más importa ya sino entregarse a ella sin ningún remordimiento. Y es que, de cualquier modo, ¿qué caso tendría seguir en una vida que odiamos? ¡Y encima rodeados de monos parlantes que solo pueden causarnos náuseas e infinito hastío!
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Obsesión Homicida
