Aquellas impresionantes y absurdas conchas azules surgían al azar
Las miraba cuando la jeringa se incrustaba con delicia en mi brazo
Aunque el efecto no era persistente, sino que alteraba el tiempo
Acaso por eso mi deteriorada percepción se fundía con la eternidad
.
Por unos segundos experimentaba aquel azul inexplicable y profundo
Un escenario tan refulgente en sus colores como incomprensible
Se movían de maneras contradictorias, se sobreponían entre sí
Siempre salivando sangre y polvo estelar, carcomiendo el infinito
.
Divagaciones extrañas mientras sospecho que aún permanezco
¡Vaya desgracia divina! Y es que tan solo añoro ya estar muerto
Tantas palabras en vano, pues dejar de existir es lo que requiero
Realmente no tengo razones para seguir aquí; me enfermo y lloro
.
A veces, le hablo a esas cosas raras con la esperanza de un sonido
Y, aunque fuese el más blasfemo, me brindaría un poco de consuelo
En mi desvencijada constitución me arrastro por el agua que quema
Lo que ayer fue tristeza hoy se ha convertido en la soga sagrada
.
Lo que mi vil existencia ha sido no puedo ni siquiera nombrarlo
En un sueño eterno me siento ahora, pudriéndome en mi amarga soledad
Exploro los mares de fuego y las conchas azules explotan en el cielo
Una pintura acaso fueron, pero tampoco les gustaba permanecer estáticas
.
Suena ahora un violín desafinado que me hace sospechar de mi razón
No puede ser que todo lo haya imaginado, que el deseo sea un asco
Lamentos abyectos que profiere mi garganta mientras más me hundo
Me toman, se pegan a mí y me susurran que el suicidio ha llegado ya
…
Nostálgica Contradicción