Y, sin importar cuántas personalidades pueda tener, puedes estar segura de que todas y cada una de ellas te aman solo a ti.
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Tal vez nuestro destino sea estar juntos, tal vez no. Puede que el caos nos separe para siempre o puede que no, no lo sé. Lo único que sé es que, cuando estoy contigo, experimento una tranquilidad existencial que nada ni nadie más me brinda.
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La nostalgia en el fondo de mi alma era demasiado punzante, casi no podía contenerla ni un minuto más. Acaso por ello me embriagaba brutalmente cada tarde, pues solo así era soportable continuar existiendo con tales sensaciones pululando en cada rincón de mi absurdo ser.
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Ya no me interesaba seguir existiendo y, pese a todo, lo debía hacer cada día. Pero esta contradicción, creo, fue la culpable de haberme llevado a la más sombría isla de locura y desesperación, pues parece que ya ni siquiera puedo reconocer lo que siento, lo que pienso ni mucho menos lo que soy…
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El amor, más que un sentimiento, debería ser considerado un trastorno, pues definitivamente puede conducirnos a la locura de la manera menos esperada, aunque acaso al mismo tiempo la más hermosa. El amor es, entonces, la manera más poética y siniestra de enloquecer.
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Y, entre todos mis delirios, indudablemente el más sobresaliente, y a la vez el más patético, fue haber pensado que también tú te habías enamorado de mí.
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Desasosiego Existencial
