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Encanto Suicida 49

Cuando quiero olvidarme del mundo, duermo demasiado; me embriago con el elíxir del desencanto y me deleito con la fatalidad de la inconsciencia. Y, cuando quiero olvidarme de mí y de mi nauseabunda humanidad, siempre invoco a la idea del suicidio para que me recuerde la única belleza en esta existencia blasfema: la muerte.

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Pareciera ser que casi ninguno de ellos lo percibe, pero es normal. Los entiendo, porque en algún instante fui como todos ellos: un ser banal, hambriento de dinero y materialismo; alguien con deseos absurdos de vivir y de hacer cosas. Ahora, por desgracia, ya nada puede hacerse para volver a mi anterior yo. Una vez que la amargura y el pesimismo de la existencia han alcanzado el más sublime grado, la idea que esta existencia carece de sentido se hace imperante y la muerte más que indispensable.

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Entonces vivir se torna en una tremebunda y corrosiva agonía imposible de soportar, cuanto más tanto que ya no es mínimamente concebible volver a autoengañarse con las sórdidas bagatelas de este mundo execrable y volver a ser un títere adoctrinado y estúpido como todos ellos; como el resto del mundo, como la humanidad entera. Al fin y al cabo, la única verdad siempre fue la soledad y, posteriormente, la muerte. Más allá de eso, todo fueron lóbregos espejismos en los que tan fútilmente decidimos depositar nuestras patéticas esperanzas y de los que nada trascendente podía esperarse.​

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Sé que nunca lo entendiste, pero fuiste el único ser que alguna vez me interesó y eso ya es mucho considerando que nada me importa, nada más que la muerte. Tan solo en ella pienso cuando quiero obtener algún alivio de esta nefanda pseudorealidad, pero en ti decidí creer también alguna vez… Me equivoqué, pues ¿cómo no pude antes darme cuenta de que tú misma eras parte de todo aquello que yo tanto detestaba? Tú eras, ciertamente, demasiado humana todavía.

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La insania de mi delirante mente poseía todas las asombrosas cualidades que un evidente suicida intentaría obsequiar a la muerte. Y en verdad quería complacerla antes de que fuera demasiado tarde; por desgracia, las cosas no salieron como esperaba y me quedé atrapado en el mundo humano más tiempo del debido. ¡Cuán desagradable y atroz fue este periodo, siempre consumido por la irrelevancia del tiempo y asqueado por la infamia de la humanidad!

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Encanto Suicida


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