,

La Execrable Esencia Humana 06

Había cierta atracción mística en aquellas noches de insensata embriaguez y atroz delirio sexual, pero no la suficiente como para fraguar una personalidad ficticia ante la que tantos se habían rendido. Muy en mis apesadumbrados adentros, sabía que todo aquello era otra ilusión más de la pseudorealidad; únicamente otra argucia mediante la cual mi espíritu sería envilecido y raptado eventualmente. No, aquel no era ya mi sendero; aunque ocasionalmente recurriese a él en búsqueda de un suspiro anómalo. Lo mismo podría irme a una cueva en la montaña más alta y ¿qué obtendría de ello sino aislamiento de la realidad? Mi percepción se vería alterada como si estuviese borracho o drogado, mas luego volvería a mí y la miseria retornaría… El problema siempre era interno; nada ni nadie podía en realidad hacer algo por nosotros, mucho menos salvarnos de nuestro trágico destino.

*

Lo único que anhelaba era la soledad absoluta, la quietud decisiva de la naturaleza más elevada, la virtud de la poesía menos terrenal que existiera en esta absurda humanidad contaminada. ¿Podría algún día encontrarla? Y, de hacerlo, ¿sería yo digno de su magnificente gloria? O acaso mi torpe humanidad, aún plagada de inútiles sentimientos y caóticas emociones, ¿me impediría entregarme plenamente a lo que siempre he añorado? La hora se acercaba cada vez más y yo me sentía cada vez menos listo para afrontar el último grano de arena dentro de aquel espejismo ponzoñoso. ¿Mi muerte me sabría bien? En breve, tendría que averiguarlo y sentir por última vez que todo este sufrimiento quizá jamás fue real…

*

Pero lo que realmente lamentaba era haber existido, pues barruntaba, con eviterna zozobra, que ya no habría marcha atrás. Y que, aunque me matase hoy, mañana o en veinte años, eso no borraría mi existencia en el todo universal. ¡Qué aflicción tan abismal! ¡Qué frustración tan bastarda! Todo lo que siempre quise fue desaparecer completamente y ahora, frente a la vorágine de sangre, esperma y lágrimas, experimento un infantil titubeo que me hace retroceder un poco. ¡No, no debo ya vacilar! Primero un pie, luego el otro… Y caer, caer eternamente en el vacío multicolor donde se funden los sueños, los suspiros y la muerte.

*

Ni siquiera podía ser yo mismo en esta ínfima transición donde la muerte me había sido arrebatada y la vida me había atrapado como a un patético esclavo. Tampoco conseguía calmar la imperante ansiedad que ocasionaba los constantes trastornos de una mente doblegada por sus propios impulsos indoloros. El rugido de mil bocas astrales era demasiado para mis oídos afligidos y la hierba sagrada esta vez no vendría en mi auxilio. Debería llorar desmesuradamente, suplicar al sol que quemase mi corazón de inmediato o que iluminase mi consciencia un poco más. Antes de que viniera la luna, requería yo haber finalizado la creación del manuscrito prohibido. ¡Quién sabe si lo conseguiría! ¡Quién sabe si no sería todo solo alucinación mía! ¡Y quién sabe cuánto tiempo más estaría yo atrapado en esta dimensión tridimensional donde el sinsentido simbolizaba lo eterno!

*

Olvidarme de mí mismo no era una opción estando vivo; ya que muy bien suponía que abandonarse era imposible, que alejarse no era una alternativa en un sitio donde el tiempo era una trampa de la sempiterna mentira. ¡Oh, si tan solo fuera yo un poco más inteligente! Si tan solo pudiera yo escuchar un poco más atentamente el fulgurante melifluo que irradia paz y muerte, entonces ya nada habría que dudar, temer o imaginar. Ahí donde la visión y el sonido se mezclan sin fin, ahí es también donde los relojes de arena se detienen y explotan a través de telarañas siniestras y aturdidos murciélagos. ¿No es así como debería ser siempre el viaje cósmico hacia lo irreal? ¿O es que creerán en verdad que el ser ha alcanzado la cúspide de su gentileza autoinfligida? El olvido puede ser mejor que la soga, pero nunca reemplazará cada martirio reflexionado ni cada madrugada de pesadillas mundanas.

***

La Execrable Esencia Humana


About Arik Eindrok

Deja un comentario

Previous

Inexactitud hilarante

Arreboles de Dolor

Next