No hay mejor método de control social que una mentira mundial propagada por todos los gobiernos, medios de comunicación e instituciones, entre otros; y que, además, es considerada como una verdad absoluta. Y que mejor si esa mentira causa miedo, tanto como para que las personas renuncien a su libertad y crean que aquellos mismos quienes han orquestado tan siniestro plan son quienes luchan para ayudarlos.
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La manipulación y el miedo, en conjunto, son el instrumento perfecto de los gobiernos y los amos del mundo para hacer fehaciente su poder sobre la población. Ahora ellos pueden privar a las personas de su libertad cuando lo deseen utilizando como pretexto cualquier mentira esparcida por los medios y encasquetada en el inconsciente colectivo por la fuerza.
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Lo más irónico de todo es la facilidad con que las personas aceptan que estos funestos sistemas y absurdos gobiernos decidan por ellos y los priven de su libertad. En fin, no quedará más sino observar con tristeza como ellos ordenan y la mayor parte del rebaño obedece. Ellos dirán, al final de todo, que salvaron a la población y que merecen reconocimiento; así es como consiguen perpetuar su execrable poder.
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Lo que debería hacerse, según veo, es salir a las calles a protestar, a luchar por la libertad y decir absolutamente no a todo aquello que la pseudorealidad y sus amos orquesten. Pero no, estamos demasiado ocupados en nuestra burbuja de cotidiana irrelevancia guiada por la esclavitud como para luchar por algo que sí es relevante: nuestra libertad.
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Ningún gobierno es bueno, eso debe saberse de antemano. Todos tienen el mismo origen sin importar si son de izquierda, derecha o cualquier variación. Todos, en el fondo, provienen de la misma raíz y son solamente títeres de banqueros, empresarios, sectas y demás personas quienes dictan lo que debe ocurrir en el mundo.
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Hay un sombrío y aberrante plan, de eso no me cabe la menor duda, que busca a como dé lugar el control absoluto sobre las masas para perpetuar este repugnante sistema que tan erróneamente se ha llamado hasta ahora civilización. Y, lamentablemente, dicha civilización parece cada vez más conforme y deseosa de ser controlada y dirigida sin importar cómo, hacia dónde ni por quién.
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La Execrable Esencia Humana
