,

Manifiesto Pesimista 31

El deseo de poseer es algo natural en el ser, pues nuestro egoísmo innato nos gobierna en todo momento y conquistarlo es una tarea que exige demasiado. De ahí que este mundo jamás va a cambiar, ya que sus habitantes se han resignado a la miseria y han sido dominados de una manera muy sencilla por sus impulsos; más aún, han sido poseídos por sus demonios y se sienten satisfechos con esto.

*

Si la existencia tuviera sentido, más bien se llamaría inexistencia. Pero no, lamentablemente lo que ya es ya no puede no ser; y ahora lo único que resta es esperar que la muerte en verdad nos arroje a la nada por la eternidad.

*

En el magnificente halo de tu sonrisa se desfragmentaron todos mis sueños y se alinearon todas las galaxias que tan solo convergieron hacia tu alma. La sangre que escurría de tus venas excitaba mis delirios y no pude evitar corromper tu inmaculada esencia, aunque bien sabía que tú ya estabas muerta.

*

Los sonidos tan peculiares de aquella inefable melodía alternaban sueños del edén con sueños infernales, pero ambos, en última instancia, me ofrecían la posibilidad de exorcizar mi sombra en la catarsis más pura: la de la muerte. Fue entonces cuando comprendí que esta repugnante realidad no tenía ya nada que ofrecerme y que el suicidio debía ser el sello de mi trágico destino.

*

¡Qué complicado es soportar, pertenecer y contemplar a la humanidad cuando lo único que quisiera es exterminarla de la manera más sádica y agónica posible!

***

Manifiesto Pesimista


About Arik Eindrok

Deja un comentario

Previous

La Agonía de Ser 32

Enigma Adyacente

Next