No había ningún lugar a donde ir, ningún lugar que pudiera llamar hogar. Todo estaba perdido, todo estuvo siempre hecho trizas. Me engañé patéticamente para continuar, pero hoy sé que solo el suicidio podrá ilustrarme con la magnificente luz de la verdad.
.
Las marionetas continuarán con su absurdo acto en este ridículo teatro. Es así como el mundo humano ha de perpetuarse, aunque no tenga ningún sentido.
.
El mundo ya debe terminarse, el sufrimiento es cada vez más imperante y los días cada vez más insoportables.
.
Los gritos me ahogaron en aquel anochecer suicida donde había decidido poner fin a mi tragicómica y triste existencia para fundirme con el vacío y no volver a saber de mí jamás.
.
No quedaba nada en mí, no había ni el más mínimo interés en una vida que siempre me había sentido forzado a experimentar. Lo mejor era, entonces, desprenderme de este cuerpo y abandonar esta estúpida realidad por la eternidad.
.
Las rosas negras caen del cielo, la pistola que sostengo en mi mano es lo único que me acompaña ya. El sonido de un piano me cautiva, es cada vez más cercano. Y mi muerte no podría ser más inminente, más adecuada, más vivificante…
…
Catarsis de Destrucción
