Resplandor del artilugio

Fue un garrulo batracio quien conjuró la antigua magia espacial del artilugio

Ensueños de eones siderales lastimaron mi cordura para retroceder con sapiencia

En una esencia ominosa y opulenta atisbé las perdidas virtudes de una criatura endeble

Y afable fue ese resplandor para vomitarme y proyectarme hacia la música atemporal

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Enjutas percepciones quebraron las colinas donde reposaban las místicas tiaras

Una modorra inconcebible hundía las esperanzas de un renacer cósmico en el umbral

Pero el astral fulguró y desechó de sus dominios las contaminadas sugerencias

Mundanas me parecían las creencias de seres más bien envenenados y en decadencia

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La diatriba en contra del recinto mítico que aguardaba para la hora final fue conjurada

Quedamente se levantaron las monstruosidades y se apoderaron de las corazas carnales

Las solapas que matizaban los recovecos saqueadas en segundos fueron tras el susurro

Un cántico liberador purificó, pero olvidó el infinito alcance de la humana desfachatez

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Carencia de valores y obnubilación de virtudes reinan en las mentes desde su nacimiento

Cualquier momento que se torna en trivialidad es lo que las personas llaman realidad

Incluso, si así fuera, la existencia humana deja, indudablemente, mucho que desear

Por ello, el agua ahogará mi mente, para no permanecer en este mundo pestilente

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Los vástagos de la irrelevancia, los herederos de lo miserable y lo patético en el mundo

Representa tantas cosas el humano en su depravada y menguante forma de conducirse

Y puede inducirse su breve fin, la elevación de la naturaleza y el llanto feroz

La locura se ha apoderado de ellos, y me ha dejado enloquecerla en la noche sublime

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La claraboya inmensa acabó con la mortecina llama que suponía ser su asquerosa alma

Felices de entregarla, los humanos la cambiaron por cualquier cosa que fuese dinero o placer

Puesto que tal ignorancia es propia de diminutos y míseros espíritus, es real la inexistencia

Del absurdo que se derrama y gusta a la gran mayoría, siendo el símbolo del mal blasfemo

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La maestría del ardid ha consumido mi energía y ha hecho añicos mi refugio en el infierno

Su cuerpo no lo quiero, no podría adorar a dios alguno sabiendo sus promesas ilusorias

Aquellos entes no vienen, se les debe orar para que sus acciones al menos se atisben

Y, entre todos los que al paraíso vuelan, observo muchos con el corazón goteando de dolor

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Libro: Irrefrenable Tristeza


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