Sustentáculo de perdición

Visiones de horror cósmico nublaron los bucólicos cielos

La salaz ignominia humana ultrajó las praderas beatas

Conjuros del caos inutilizaron los divergentes planos

Barrocas pinturas de la benéfica emperatriz se extinguieron

.

Etéreos los trascendentales sabios del anatema inmaculado

Imberbes los infectados que, en las borrascosas nubes, son torturados

Fortalezas y monolitos serán emancipados de la omnisciente mitra

Mondas luces expulsaban endemoniados placeres de la claraboya onerosa

.

Solapa iridiscente en la cual se ahogaban los sánscritos aduladores

Ápodos de humana esencia simulando la realidad caricaturesca

Recovecos difuminándose en un lapislázuli resplandor artístico

Ardid engañoso en cuya perdición figuraba mi ridícula existencia

.

Grotescas alucinaciones perturbando mi reticente clarividencia

Lágrimas ensangrentadas al contemplar la humanidad y su convergencia

Solitario vagaba y laceraba mi alma percibiendo la más decadente tragedia

No entendía el porqué de tanta miseria en una sola reminiscencia

.

Muerte y destrucción sustentaban los tergiversados valores del ocaso

Endriagos vociferando y devorando los corazones límpidos y acendrados

¡Qué pocos eran quienes se interesaban por el espíritu y el sublime arte!

¡Cuán vasta era la horda de seres hambrientos de irrelevancia y vulgaridad!

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Cerraba los ojos y apretaba los dientes cuando sus pasos percibía

Estallaban los soportes de una maldita y descompuesta consciencia

Elevándome en levitación suprema podía calcular el sinfín de tal infortunio

Sabía que la humanidad perecería cuando apareciera el andrógino plenilunio

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Libro: Irrefrenable Tristeza


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