Quien perdona una infidelidad está más allá del falso amor humano, pues está más evolucionado que todos esos hipócritas que fingen una fidelidad física cuando, en sus nauseabundos pensamientos, la infidelidad mental los consume peor que el fuego del infierno.
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No me sorprende que el ser intente tan desesperadamente creer en entelequias como dios, la felicidad o el amor, puesto que justo así resulta mucho más soportable existir independientemente de que tenga o no sentido, y sin que la incertidumbre y el hastío corroan cada recoveco de nuestro maltrecho espíritu noche tras noche.
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Tantos pensamientos destructivos vagabundeando en mi cabeza, tantos sentimientos encontrados congestionando mi confundido corazón, tan vasto sinsentido absorbiendo mi execrable esencia… Y, pese a todo, todavía sigo aquí; odiando este mundo tan banal, asqueándome de la existencia, aborreciéndome a mí mismo por encima de todas las cosas… Sigo aquí, pero aluciando maravillosamente con la espléndida idea de colgarme este maldito domingo por la tarde.
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Si se quiere hallar una manera en la cual nuestra patética existencia pueda ser menos aburrida al menos por un instante, y aunque se trate de una argucia, lo mejor que se puede hacer es enamorarse de alguien que no nos ama ni nos amará nunca. Eso, estoy seguro, nos mantendrá entretenidos por un buen tiempo y, con suerte, hasta nuestra absurda muerte.
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Soñé con tu muerte y fue algo realmente hermoso, algo que no puedo dejar de añorar con toda mi alma. Entonces, al despertar, supe que podría renunciar por completo a mi ominosa existencia con tal de enloquecer a tu lado; con tal de suicidarnos juntos esta noche, pues matarme junto a ti tras habernos hecho el amor es ya todo lo que anhela mi triste y melancólico corazón.
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Obsesión Homicida
