¿Qué era entonces la verdad? ¿No era acaso lo que yo quisiera que fuera? ¿O era lo que otros impusieran y que fuera socialmente aceptado? ¿No tenía la verdad múltiples máscaras tales como amor, infidelidad, adulterio, incesto, homicidio, odio, suicidio, vida, muerte, destino, incertidumbre o cualquier otra humana mentira con la cual pudiera entretenerme el tiempo suficiente y así soportar este absurdo maldito hasta el día de mi absoluta desaparición?
*
El posible sentido de la vida, sin importar cuánto lo reflexionemos o cuánto intentemos autoengañarnos con cualquier persona o actividad, nunca será otro sino la muerte. Y es posible que incluso esto último tampoco tenga realmente sentido, pero más allá de eso solamente se encuentra el vacío; más allá de eso solamente nos queda enloquecer ante el silencioso abismo de la nada.
*
El punto de vista desde el cual el observador percibe siempre la realidad, o lo que se entiende por ella, hace de lo estocástico algo necesariamente determinístico y, por ende, limita a la consciencia de dicho observador a un mínimo porcentaje del todo. Así pues, cada suceso en la vida, y posteriormente la muerte, no existirían en sí; serían tan solo consecuencias de nuestra limitada percepción mental dentro de una gran simulación regida por el caos y el absurdo.
*
Sé que en mi actual estado de evolución no podré nunca saber si la existencia tiene o no un propósito, puesto que muy probablemente solo estoy aquí y ahora para actuar del modo más irreal e irreflexivo como casi todos lo hacen. Es solo que algo en mi interior se niega a aceptar esto y me indica que, tal y como están las cosas actualmente, lo más seguro es que nos estemos precipitando cada vez más hacia el sinsentido más nauseabundo y de donde no habrá retorno alguno.
*
Entonces quise no ser yo mismo, quise olvidarme por unos momentos de tantas cavilaciones y enigmas que a nada me han llevado sino a las fauces de la locura y a la placentera idea del suicidio. Hoy, pues, quise ser más humano que nunca; quise actuar estúpidamente y tener una prueba de cómo es estar cegado. Así fue como terminé peor que antes, ya que involucrarme con los vicios y los habitantes de este mundo no puede ser sino el más aberrante de todos los desvaríos.
*
Preferiría haber sido nada en vez de existir si tan solo hubiese tenido la más mínima posibilidad de elegir, pero no. Y ahora tan solo me queda seguir existiendo absurdamente mientras espero por el valor suficiente para poner punto final a mi agónica miseria.
***
La Execrable Esencia Humana