Muchas personas hablan de un cambio radical en sus vidas, pero ¿qué podría ser? Es evidente que cualquier cambio conduciría al mismo sinsentido, a la misma sensación de vacío y aburrimiento. Entonces no queda otro cambio por hacer sino matarse, ¡eso sí que marcaría la diferencia!
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¿Quieres ayudar al mundo? Yo te tengo una sugerencia: usa el método que quieras, pero ¡cesa de existir tan pronto como puedas!
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Realmente a nadie le interesa nadie más, tan solo buscamos el provecho que podamos obtener de las personas y cuánto puedan servir para nuestro beneficio. Más allá de eso, si nos aman o nos odian, si viven o mueren, si están o ya no, todo eso nos importa un bledo mientras hayamos obtenido lo que queríamos.
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En verdad es casi un milagro que la especie humana, en su mayoría, esté todavía tan ciega y adoctrinada, pues, de otro modo, ¿no habría ya ocurrido una pandemia de suicidios?
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Y, cuando salgo a las calles y miro pasar a todos esos seres cuya existencia no es sino solo producto del caos y la estupidez, no puedo pensar en otra cosa que no sea la inexistencia absoluta para todos.
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Seamos sinceros: ¿cuántas de las personas con las que nos hemos cruzado a lo largo de nuestra irrelevante existencia merecerían morir? Es más, jamás deberían haber existido.
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Catarsis de Destrucción
