Insípida Mundanidad

Simpáticas alusiones a la vibración del enigma imperecedero en la eternidad

Una caída más, tan natural como la absurdidad que impera en la humanidad

Sin piedad, apuñalando cada ápice de infame realidad, cada tonalidad viviente

Hiriente e ilusoria fue la navaja que arranqué de mi mente para horadarme

.

Más de lo que soportaría un ser endeble y humillado por la falacia del amor

Más de lo que tu mirada sibilina otorgaría a la sangre de refulgente color

El relámpago del suicidio se balancea en las cúspides del tenebroso balbuceo

Y, con grotesco deseo, se entrega la insípida mundanidad que conquista el dolor

.

¿Qué serán las diminutas tentaciones de fornicar con la sombra de la corrupción?

Me opongo, contengo la ignominia de conceder realidad a los funestos restos

Pero la predilección blasfema se interpone y subyuga mis eximios pensamientos

El diáfano roce de tu boca podría ser lo que requiera para ahogar el milagro

.

No había espiritualidad más elevada que ensuciarse de humana banalidad

La naturaleza había definido el sinsentido en que todo se desenvolvería

No hubo misericordia para tan fúnebre infestación de inutilidad cerval

Pésima broma, escupitajo de abominable acción, de tétrica reflexión

.

Un momento de angustia coronado por la decapitación de los ofuscados

La maldición no fue sino el inicio del éxtasis, del suspiro tornasolado

Maltrecho se presentó el delirio del humano, y absurdo fue su palpitar

En el desierto de la suciedad propalada por el dinero surgió lo indeseable

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Una criatura tan repelente como violenta, poseedora de los mayores vicios

Con una tendencia inherente a la vileza y una adoración notable por el mal

Principales artefactos de corrupción los símbolos de su constitución atroz

Lo que desgarró el manto divino fue la creación de la triste raza humana

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Libro: Triste Insania de Amor y Muerte


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