Aquel domingo fúnebre te extrañé como nunca, fue de lo más extraño
Ni yo sé cómo comenzó, simplemente sentía que te necesitaba tanto
Que me mataría si no podía verte, tocarte y sentirte en ese instante
Que estar muerto era mucho mejor que seguir viviendo sin tu compañía
.
Fue solo un destello, una travesura de mi mente la que me obligó
Me condujo como a un ciego a través de un laberinto sin salida
Y me despojó de la frenética voluntad con la que dije que no lo haría
Dije que no te buscaría, pero aquí me tienes azorado frente a tu puerta
.
De nueva cuenta suplicándote que no me abandones, que me perdones
No sé por qué, pero tan solo necesito que me abraces esta última noche
Luego, al amanecer, me marcharé y no volveré nunca a molestarte
Volveré a mi repugnante habitación y, sin duda alguna, me colgaré
.
Me despojaré de este ridículo traje humano y de todas mis emociones
Me escindiré de esta malsana realidad y de todos sus horrores
Me habré extirpado para siempre de esta tétrica pesadilla existencial
Y, con ello, habré asimismo enterrado tu recuerdo y mis dolores
.
La melancolía, lo admito, ha sido difícil de soportar estos días
Solo en la embriaguez he hallado un paliativo a mi sufrimiento
Desde que no estás conmigo las tinieblas se arremolinan por dentro
Y me consumen como un pobre diablo que solo añora estar muerto
.
Mi vida, si es que aún puedo llamarle así, no tiene luz ni brillo sin ti
Tú eras mi bello lucero, la estrella que guiaba mis pasos en el desierto
Mas todo habrá de culminar pronto, aunque ahora esté tan nostálgico
Déjame besarte solo esta noche y, al amanecer, me desangraré en tu nombre
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Dulce Tortura