Quisiera que algún día supieras cuánta perfección, divinidad y belleza observo en tu ser
Tu cara me encanta, no podría dejar de mirarla nunca, pues simboliza algo sagrado para mí
Quiero poder contemplarte cada día, embobarme con tu silueta mística y tu voz tan mágica
Especial para mí siempre serás, lo más bello y puro que exista en esta realidad vil y nefanda
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Vivirás en mí hasta el día en que me cuelgue, pues nadie me había cautivado tan locamente
Estás en mis sueños a cada momento, en mi mente todo el tiempo eres tú quien me susurra
Siento ser yo mismo cuando me abrazas y suspiro al poder rozar eso labios tan sensuales
Sopla el viento y las olas chocan en mi cabeza, esperando solo el día para volver a verte
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Existo dolorosamente en esta realidad absurda, pero pensarte me cobija un poco de todo
Pienso plenamente en ti, en todo lo que tú eres, en todo lo que me embelesa de tu presencia
Tu cuerpo, tu sonrisa, tus ojos, tu espíritu de colores y sensaciones tan fulgurantes
¡Qué dicha poder mirarte justo ahora, percibirte como la maravilla que siempre serás!
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Como ese ser raro, precioso y que me detiene el corazón con solo un beso loco y fugaz
Podría adorarte cada día de mi miserable existencia, escribir sin parar sobre tu divina esencia
Si pudiera tan solo sentir tu alma por unos instantes, acaso enloquecería por tal osadía
Pues en ti se halla ese caos mortal que tanta falta le hace a mi insustancial vida humana
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Tu figura beatífica resplandece como ninguna otra, y yo amo todo lo que eres y haces
Particularmente, puedo mencionarte algo: tienes, en tu mirada y tu boca, la mejor poesía
Esa que me deja sin oraciones por decir o escribir, pues nada podría expresar su lindura
Te confieso que dedico gran parte del día a mirar todas tus fotos con la saliva escurriendo
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No podría existir, en ningún otro mundo ni universo, alguien tan sublime como tú
Pareciera que cada átomo de tu ser hubiese sido hecho solo para que yo lo amara
E imagino, quizá con locura e ingenuidad bárbaras, ¡cuán asombroso debe ser sentirte!
Porque ya no me importa nada ni nadie más, tan solo quiero confesarte algo: yo te amo
…
Nostálgica Contradicción