Solía creer hace mucho que yo estaba loco por querer suicidarme, pero he cambiado de parecer. Ahora, días antes de quitarme la vida, creo que estoy más cuerdo que todos esos títeres cuya mera existencia contamina y ofende en demasía a la creación universal. ¿Qué de bueno hay en la humanidad que induzca a pensar que su existencia debe proseguir? Evidentemente nada, si se es sincero. Sé que ellos jamás lo entenderán, pero yo sí. Y precisamente porque entiendo y siento todo esto desde el fondo de mi corazón es que he decidido desvanecerme por completo antes de tener que contemplar otro absurdo amanecer y de tener que asquearme con otro maldito rayo del sol. ¡Adiós, siempre estuve en desacuerdo con mi vida y quitármela simboliza para mí el mayor logro de todos! Fin…
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Incluso en el amor más que en otras cosas somos unos completos idiotas, pues nos pasamos la vida buscando quien nos ame antes de amarnos a nosotros mismos. Y por eso mismo, de hecho, es que jamás seremos amados de verdad. Es más, ¡quién sabe si podamos ser amados realmente por otros y no solamente por nosotros mismos!
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Justamente reflexionaba sobre la inmarcesible calma, belleza y orden que reinaba en todo aquello que no implicaba a la humanidad. Nuestra existencia, ciertamente, era la mayor contradicción para la auténtica benevolencia. ¡No había opción, debíamos ser eliminados cuanto antes!
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La lógica en realidad no lleva a ningún lado cuando se trata de temas existenciales y quién sabe si en otros sí lo haga. Pensemos por unos momentos que incluso la idea de la inexistencia es solo posible gracias a la existencia y también la muerte es solo posible gracias a la vida. Así pues, algo que no es no podría no ser sin algo que es. O, dicho de otro modo, incluso la nada se origina de algo; lo cuál en sí no tendría sentido desde nuestra limitada percepción humana.
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Solamente cuando nos hayamos desprendido de todos nuestros anhelos, pasiones, vicios, pensamientos, emociones, sentimientos, reflexiones, amistades, familiares e incluso de nuestros más amados seres o nuestros más queridos pasatiempos… Solamente entonces seremos capaces de comenzar a vislumbrar quiénes somos en realidad y cuál es nuestra verdadera esencia.
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Manifiesto Pesimista
