Parecería un juego el decir que el mundo está completamente perdido
Acaso un simple acertijo para las mentes tan insensatas que lo habitan
Que se reproducen sin cesar mientras asqueroso es su caminar
Que se reproducen sin cesar mientras asqueroso es su fatal caminar
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Mas continuo preguntándome la razón de esta fútil y anómala existencia
Más allá, en delirantes sueños y en extraños eones fulgurantes y cósmicos
Parece hallarse la llave que destapará la inmensa esencia de lo etéreo
Un poco de silencio, una gloriosa venida y eternos estremecimientos del hoy
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¿Es concebible que el espíritu supremo haya abandonado este caótico infierno?
¿No es quizás aquí el reino de aquellos que, sin merecerlo, caminan y sonríen?
¿O es tal vez que son tan execrables sus formas que ya ni la muerte los acoge?
¿A dónde irán ellos, tontos ciegos carentes de alma cuyo único fin es la guerra?
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Pobre humanidad, tan corrompido está el hermoso cristal del ángel caído
En manos sucias y en voces asquerosas se ha diluido el álgido mensaje
El eco de la deidad brama por devorar las lenguas de la mentira salvaje
¿Dónde estás, suprema silueta? ¿Por qué te parapetas así en mi corazón?
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El perfume donde los resplandecientes soles vertieron su cálido calor
Y el etéreo reflejo de la llovizna cuyas nubes plateadas fueron ángeles
Se esparcieron lejos de la banalidad de los humanos y sus vidas tediosas
¡Cuán afortunado el ojo que visualice la augusta e impertérrita luz del amor!
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Espero sigilosamente y con la estrella cayendo en las rocas abrasadoras
Solo puedo observar y llorar, es como si el mundo estuviera de cabeza
Acaricio el rostro del verdugo implacable en sus infinitas y acendradas formas
Le ruego que todo termine, imploro al tiempo que se evapore en la arena del olvido
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Un injusto dios se abalanza sobre las más enfermas criaturas del subterráneo
Humanos: son una plaga donde quiera que estén, solo ven lo que sus ojos pueden
Nunca intentan percibir lo espiritual, les es imposible usar su mente para descubrir
Están ciegos por el dinero y el sexo, pero carecen de todo rastro de suprema entidad
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Los rayos dorados rebotan contra la atmósfera de más nefanda suciedad
Bello y majestuoso es el cielo y eviterna la naturaleza que brota en esplendor
¡Cuán alborozado retumba el olor de la nueva era donde los animales hablan!
Todo idílico y en sintonía, solo el error humano contradice la infinita armonía
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Palpitación Onírica